lunes, 28 de noviembre de 2011

D. Gregorio Peces-Barba: “Los que piensen que el PSOE está enterrado están muy equivocados”



Quien piense que el PSOE está enterrado está muy equivocado. Con rotundidad lo afirma Gregorio Peces-Barba, uno los llamados “siete magníficos” que redactaron la Constitución Española. La misma con la que afirma que Alfredo Pérez Rubalcaba debe ser la persona que pilote los mandos del partido socialista en la etapa que se abre tras los resultados electorales del domingo, o que ETA debe pedir perdón a sus víctimas. Gregorio Peces-Barba responde a las preguntas de Diario Progresista.

Ex presidente del Congreso de los Diputados en la primera legislatura de Felipe González y ex Rector de la Universidad Carlos III, posiblemente su apuesta personal de la que se siente más orgulloso, pues fue un empeño suyo la de crear una universidad pública de prestigio en la sierra de Madrid. Nos recibe en el modesto despacho en el que prepara sus clases diarias de Filosofía del Derecho, que aún imparte en esta facultad, para responder a nuestras preguntas sobre la actualidad política la que es, sin duda, una de las voces más autorizadas de nuestro país.

Diario Progresista.- Don Gregorio, a una semana de las elecciones que han supuesto el peor resultado del Partido Socialista desde las primeras elecciones democráticas, y desde la perspectiva de alguien que ha vivido los procesos políticos muy de cerca desde el regreso de la democracia… ¿Qué ha pasado en España?

Gregorio Peces-Barba.- Ha sido un mal resultado. El partido socialista ha pagado el haber tenido que enfrentarse a una crisis y tomar una serie de medidas que van a quedarse cojas con las que a tomar el PP, pero la gente esas cosas no las ha pensado. Es lo mismo que va pasar en Francia, en Alemania o en Italia, que los gobiernos que han apechugado con la crisis van a cambiar. De todas formas yo soy persona que me gusta mirar las cosas en positivo, ver la botella medio llena y no medio vacía. El PSOE ha sacado 110 diputados, más del doble que el resto de partidos de la oposición, y le ha faltado muy poquito para llegar a los siete millones de votos. Desde luego, los que piensen que el PSOE está enterrado están muy equivocados. Yo espero que se produzca un renacimiento y un nuevo impulso que coloque al Partido de nuevo en la que ha sido durante su trayectoria de más de 130 años.
dP.- No obstante, algún error habrá cometido el partido socialista para llegar a esta situación.

GPB.- Por supuesto que ha podido cometer errores. Sobre todo el que ha sido tardar mucho en entender la existencia de la crisis. Alfredo Pérez Rubalcaba ha hecho una campaña impecable, lo que pasa que muchos de los votantes no han entendido la situación. Y están en su derecho.

dP.- Y ahora… ¿qué debe pasar? Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha pedido que dimita en pleno la dirección federal del PSOE y que se constituya una gestora que, cito textualmente, “con tiempo, paciencia y serenidad”, redefina el proyecto socialista y, una vez logrado esto, se busque un nuevo líder y candidato.

GPB.- Bueno, yo no soy muy partidario de posiciones extremas; lo soy de posiciones moderadas y sensatas. Y yo creo que esa especie de dimisión colectiva sería un reconocimiento de algo que, a mi juicio, no sería justo. Por lo tanto, que los que no quieran seguir que no sigan, y los que quieran seguir, que sigan. Lo que sí me parece razonable es lo que propone Tomás Gómez de que, en todo caso, la búsqueda del líder se haga con una consulta a las bases.

dP.- Precisamente iba a preguntarle por eso, pues, como viene recogiendo Diario Progresista, se están produciendo muchos movimientos en las bases del partido, que reclaman una mayor participación en la elección de líder y en las decisiones del partido. Es lo que ha defendido, como usted apunta, Tomás Gómez, al que usted apoyó en el proceso de primarias del PSM, que también reclama una mayor participación de las bases, y que el partido actúe desde una posición de “punto y aparte”.

GPB.- Yo creo que una mayor participación de las bases en la elección del líder es algo muy sensato, pero también creo que el Partido Socialista tiene una tradición democrática, y claro, ahora pedir asambleísmo permanente en el PSOE, pues me parece que esto es un error, ¿verdad?. Cuando es el único partido que tiene una democracia interna y que no designa a sus líderes con el dedo del líder anterior, como sucede en el Partido Popular. Siempre estas situaciones dan lugar a exageraciones. Yo creo que hay que saber estar en el punto justo; sí para la elección del líder, con un gran debate sobre este tema; y sobre las líneas generales, los órganos del partido son los que son.
dP.- Como es habitual en estas situaciones, ha comenzado la quiniela y se rumorean muchos nombres para liderar esta nueva etapa del Partido Socialista, desde el propio Alfredo Pérez Rubalcaba a Carme Chacón, que parece inclinarse por presentarse para liderar el PSOE, pasando, cómo no, por el incombustible Pepe Bono, y, aunque se han autodescartado, el lehendakari Patxi López o el joven Eduardo Madina. ¿Tiene usted algún favorito en esta quiniela?

GPB.- Sí, sí. Yo creo que la persona que debe continuar, porque no hay motivos para que no lo haga, es Alfredo Pérez Rubalcaba. Él debe ser quien dirija esta nueva etapa, por el tiempo que sea, y, con sosiego y sin precipitaciones, buscar el líder que con cuarenta o cincuenta años pueda durar mucho tiempo. Pero creo que Alfredo es el más adecuado en este momento.

NO HAY UN SÓLO DERECHO EN ESPAÑA QUE PROVENGA DEL PARTIDO POPULAR
dP.-Y ahora, que el Partido Popular domina el mapa político español casi al completo ¿qué va a cambiar en este país? ¿Teme que se produzca un adelgazamiento del Estado del Bienestar, o un retroceso en los avances sociales y en los nuevos derechos obtenidos, por ejemplo, por el colectivo LGTB, como ha denunciado el PSOE durante la campaña electoral?

GPB.- Todos los derechos que se han obtenido desde que tenemos democracia en este país se han obtenido de la mano del Partido Socialista. No hay uno solo que sea producto del Partido Popular. Yo tengo una cierta confianza en el sentido común de Mariano Rajoy. Si Rajoy lidera el cambio, yo creo que hará lo posible por mantener y preservar todo lo posible de las conquistas sociales. Si en algunas cosas se entrega a algunos de los hooligans que le acompañan, entonces puede que se corra algún peligro. Y desde luego, para un gobierno que en este momento está obligado a hacer más recortes por la situación de grave crisis económica, podría suponerle no durar ni dos años.

dP.- El PP mantiene dos recursos de inconstitucionalidad relacionados con esos derechos. Contra la ley del aborto y contra el matrimonio igualitario.

GPB.- Es muy difícil que el Tribunal Constitucional modifique la ley del matrimonio homosexual. La ley del aborto, sin embargo, tiene algún problema. Lo tiene por que el tribunal, que, por cierto, lleva muchos años y todavía no ha resuelto, si mantiene su doctrina, la que aplicó a la primera ley del aborto, y en esto hay un elemento que yo he advertido muchas veces a mis colegas cuando me preguntaban sobre este tema, y no me han hecho caso, y es que la sentencia anterior declaraba constitucional la ley del aborto porque no afectaba a los derechos del nasciturus. ¿Qué ocurre con esta ley? Que establece una serie de plazos en los que el derecho del nasciturus no existe, y por consiguiente, si el Tribunal mantiene su doctrina, que puede no mantenerla, pero si la mantiene, va ser muy difícil que esa ley salga incólume del tribunal.

EL FUTURO DE LA SOCIALDEMOCRACIA Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

dP.- A nivel europeo también están surgiendo iniciativas, como la lanzada desde el Reino Unido y Alemania, recogida en el documento ´Building The Good Society´, promovido por el laborista Jon Cruddas y por Andrea Nahles, del SPD alemán, que parte de una premisa que, en mi opinión parece acertada, y que se basa en que aquello que se entendió como la Tercera Vía ha fracasado; que el modelo de sociedad basado en los mercados que los socialdemócratas habían asumido es el responsable de los males del mundo y que hay que refundar, por tanto, la socialdemocracia. ¿Comparte este criterio? ¿Hay que refundar la socialdemocracia?

GPB.- Yo creo que lo que hay que hacer aplicar las doctrinas genuinas y originarias de la socialdemocracia. Es decir, igualdad dentro del estado liberal democrático de derecho, y eso ya está inventado. A mí por eso me parece que toda esa gente que piensan que la democracia empieza con ellos, como los llamados ‘indignados’, están equivocados. El futuro de Europa tiene que pasar por una mayor presencia de la socialdemocracia y de sus postulados, que son los únicos que garantizan el estado social de derecho y del bienestar.

dP.- Respecto de ‘los indignados’, es latente que hay un cierto hartazgo de la sociedad con sus políticos, que se manifiesta en el surgimiento de movimientos como el 15-M, al que usted mismo acusó de cierto adanismo en un artículo publicado el pasado verano en El País, pero que cuentan, a decir de los sondeos, con el aprecio mayoritario de la sociedad. Son movimientos que acusan a la clase política de haberse alejado de la ciudadanía y que reclaman también un nuevo sistema que sea más participativo y en que la opinión de los electores sea tenida en cuenta con continuidad y no sólo cuando hay una convocatoria electoral. ¿Es posible, en el actual marco, un cambio de estas características?

GPB.- Todas esas posiciones de regeneración son positivas. Afirmaciones como “PSOE y el PP la mierda es”, “no nos representan”, o “no vamos a votar” son inadmisibles. Hemos luchado muchísimo para que eso no sea posible, y, a largo plazo, eso tiene un tufillo a fascista que no me gusta nada. Pero yo creo que estas otras cosas se deben tener en cuenta. En cuanto a la participación, probablemente, haya en este momento posibilidad de ampliar el ámbito de la participación directa. Tanto disminuyendo el número de firmas necesarias para la Iniciativa Legislativa Popular como ampliando un poco las bases del referéndum. No hay que olvidar que nosotros fuimos en el setenta y siete y setenta y ocho muy desconfiados del referéndum porque Franco había abusado muchísimo de los plebiscitos, con aquellas votaciones del 110 % que se daban en algunos casos, y se trataba de fortalecer los partidos. Hoy lo están, y por tanto, creo que se puede abrir un tanto la mano.

dP.- ¿Cree necesaria una reforma de la Ley Electoral, como demandan estos movimientos?

GPB.- Si es para copiar cualquier otro sistema, no. Nosotros tenemos el sistema d’Hont, que es muy adecuado. Es falso lo que dicen, por ejemplo, Izquierda Unida y el partido comunista de que a ellos les perjudica. Ellos han tenido más de 20 diputados en su momento; ahora tienen 11, o sea, que si han tenido menos en otras ocasiones ha sido, principalmente, por culpa de ellos mismos. Sí creo que se debería ampliar de trescientos cincuenta a cuatrocientos diputados, y esa bolsa de cincuenta que se añade, sin hacer nuevas elecciones, en una segunda vuelta después de repartir los escaños provinciales, valdría la pena que esos escaños se repartiesen en las circunscripciones más importantes para disminuir con esa inyección de escaños la influencia nefasta de los nacionalismos que sacan siempre partido del sistema actual. También creo que hay que reformar el Senado, que no hay que hacer un sistema electoral como existe; la circunscripción en este caso debe ser la comunidad autónoma, y creo que ni siquiera son necesarias las elecciones por sufragio universal, sino que basta que los parlamentos autonómicos, cada vez que se renueven, de acuerdo con lo que establezca una ley sobe el número de escaños que corresponde a cada autonomía, designe a sus representantes. Sería, pues, una cámara que no se disolvería nunca, y que no entraría en los temas política general, sino exclusivamente en los temas autonómicos.

dP.- Cambiando de tercio, usted, que fue uno de los fundadores de la revista ‘Cuadernos para el Diálogo’, y es un profuso articulista de temas políticos ¿cree que hay falta de interés en la política, que hay ausencia de “cultura política”?

GPB.- No lo creo. Creo que se ha demostrado que somos uno de los países con mayor participación en la política. Con eso de “no votéis” y tal, se ha demostrado que no, que eso no tiene ningún arraigo en nuestro país. Tampoco es cierto que la juventud esté desinteresada de la política, lo que ocurre es que hay muchas vicisitudes personales que hacen muy difícil, con un paro tan grande, que la gente tenga tiempo para ocuparse de la política. Pero yo creo que España es uno de los países con mayor nivel de politización de Europa.

dP.- Usted fue parte del Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero como Delegado para las Víctimas del Terrorismo…

GPB.- ¡Hicimos muchísimo!

dP.- …puesto en el que recibió muy duras críticas, por cierto, de la misma derecha que ahora tendrá que gestionar el fin del terrorismo, ¿cómo valora la nueva etapa que se inicia con el anuncio del cese definitivo de la violencia de ETA?

GPB.- ETA no puede intentar negociar para sacar ventajas. Tiene que rendirse, entregar las armas, pedir perdón a las víctimas, y luego el Estado empezará a poder ser generoso. A partir de ese momento; antes de ninguna manera.

dP.- Mucha gente no sabe qué se hizo desde la responsabilidad que usted ostentó respecto de las víctimas.

GPB.- Pues lo primero fue acabar con el secretismo. Cuando llegamos, más de la mitad de las víctimas ni siquiera sabía que tenían derecho a una indemnización. Reabrimos el plazo y pudieron presentarse más de setecientas nuevas víctimas. Por ejemplo, algunas de las personas afectadas por el atentado del hotel Corona de Aragón no habían presentado sus solicitudes, y algunas eran personas de no poca cultura; había hasta catedráticos de universidad que habían perdido a su mujer y que no sabían que tenían derecho a indemnización. Hicimos pluralismo de las asociaciones de víctimas. Entonces sólo existía el monopolio de la AVT, y nosotros impulsamos asociaciones de víctimas autonómicas, y eso dinamizó muchísimo el tema y evitó esa especie de rencor hacia el Gobierno, cuando parecía que aquello era una propiedad del Partido Popular y que nadie tenía derecho a meterse. Se amplió la protección años anteriores, incluso a los tiempos de Franco y a las víctimas del Frente Polisario cuando existía el Sahara español y hubo canarios atacados este grupo, que ahora parece muy respetable, pero era un grupo terrorista entonces. Ampliamos la cobertura a algo que yo no sabía que pudiera existir, relacionado con el estrés postraumático, gente que a lo mejor veinte años después de haber sufrido un atentado tenía una recaída psicológica. Todas esas cosas empezamos a apoyarlas. Yo estoy muy satisfecho de lo que hicimos, y estoy seguro de que más un dirigente del Partido Popular está muy avergonzado de cómo se comportaron.

dP.- Una última pregunta. Una broma suya sobre Cataluña y Portugal generó hace no muchos días una fuerte polémica, y estoy seguro que le gustaría a Ud. aclarar a los lectores de Diario Progresista su relación con Cataluña.

GPB.- Pues es muy buena. Fíjese si será buena que yo, como catedrático de Filosofía del Derecho, he intervenido mucho para implementar esta disciplina en las universidades catalanas. Y mi padre, cuando fue nombrado consejero permanente del Estado, al despedirse de la abogacía, lo hizo en Barcelona. O sea que estamos muy agradecidos porque gracias a Cataluña y a los colegios de abogados de Cataluña mi padre pudo ejercer la abogacía, pues le dieron de alta allí cuando lo sacaron de la cárcel. Lo que pasa es que todos estos sectores radicales de Cataluña tienen muy poco sentido del humor. Yo no dije más que una cosa en serio. Dije que Cataluña nunca sería independiente de España, y que, si se diera esa circunstancia, nunca podría entrar en el mercado común, porque otros países tendrían problemas similares y el efecto contagio podría ser muy peligroso para Francia, para Italia, para Alemania, para Bélgica… Que nunca se iba a consentir que en un estado que tenía una unidad de más de quinientos años y que era soberano desde que el concepto de soberanía aparece en el mundo moderno a finales del siglo XVI, eso se produjera. Todo lo demás era en clave de humor. Naturalmente prefiero estar con Cataluña, y en eso acepto lo que dijo el Conde-Duque de Olivares de preferir quedarse con Cataluña antes que con Portugal. Luego estuvo lo del escándalo de los bombardeos. Hubo que bombardear muchas veces Barcelona, la última en el año treinta y cuatro. ¿Y por qué el general Batet hizo aquello? Pues porque la Generalitat había proclamado la república catalana dentro de una confederación ibérica que se habían inventado.