lunes, 21 de mayo de 2012

Matricula a tus hijos en una Escuela Pública


viernes, 18 de mayo de 2012

¡¡¡Por fin es Viernes!!!

#FF DONNA SUMMER, "REINA DEL DISCO"



R.I.P.

jueves, 17 de mayo de 2012

Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia

Publicado en Diario Progresista


Admito que cuando el arzobispo Reig Pla afirmó que algunos hombres que van a buscar espacios en los que dar rienda suelta a su sexualidad entran en "el infierno", pensé que habían abierto un nuevo local de ambiente en Madrid, y me dispuse, para ir, a buscarlo en la versión digital de la guía Spartacus. Pero no, se trataba de un nuevo insulto proferido por un gerifalte de la organización del alemán Joseph Ratzinger contra el colectivo LGTB. Hoy se celebra el Día Internacional contra la LGTBfobia.


El Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia (en inglés, International Day Against Homophobia, IDAHO) se celebra el 17 de mayo coincidiendo con la eliminación en 1990 de la listas de enfermedades mentales por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la homosexualidad. Aún quedan algunos flecos pendientes, ya que la transexualidad aún es parte de los manuales de psiquiatría CIE-10 y DSM-IV, en donde se define como "trastorno de la identidad sexual".

Algunos países han legislado ya para corregir ese déficit. Entre ellos, que España, durante el mandato de José Luís Rodríguez Zapatero aprobó el matrimonio igualitario y la Ley de Identidad de Género. La Comunidad de Madrid, además, cuenta con la primera diputada transexual, Carla Antonelli, que fue elegida en la lista del socialista Tomás Gómez, quien decidió, con la inclusión de la conocida actriz y comprometida activista por los derechos LGTB, dar visibilidad a una realidad aún insuficientemente reconocida y respetada. Aún así, aún quedan en nuestro país demasiadas personas, partidos políticos -como el Partido Popular, que mantiene su recurso contra los derechos LGTB en el TC- y medios de comunicación que hacen de su homofibia y transfobia una seña de identidad que exhiben con orgullo.

También quedan más de 80 países en los que se criminaliza la homosexualidad y condena los actos sexuales entre personas del mismo sexo con penas de prisión; nueve de estos países (Afganistán, Mauritania, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes yYemen) mantienen para estos casos la pena de muerte. La discriminación basada en la orientación sexual y en la identidad de género no está oficialmente reconocida por los estados miembros de las Naciones Unidas (a pesar de que organismos de derechos humanos como el Comité de Derechos Humanos han condenado repetidamente la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género).

Ayer, el Ayuntamiento de Alcalá de Henares tomó una decisión sin precedentes y condenó el homófobo comportamiento del arzobispo Reig Pla, que será apartado del protocolo institucional del Ayuntamiento y para el que se ha solicitado que sea alejado de la ciudad madrileña. 

Resoluciones como la del Ayuntamiento de Alcalá tienen un carácter ejemplarizante contra comportamientos que inducen a actitudes de odio y discriminación hacia un colectivo que, por culpa de los mismos, aún se ve obligado a circular en demasiados sitios con miedo a ser insultado, agredido o asesinado por vivir su realidad. Los gobiernos democráticos deberían seguir ese ejemplo y condenar, ya sean personas, instituciones, medios de comunicación o gobiernos, a quienes no garanticen el máximo respeto a todas la personas, sea cual sea su condición personal. Hoy es un buen día para recordarlo y exigirlo.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Hollande llega a Berlín empoderado por la izquierda europea para forzar a Merkel a cambiar el rumbo y apostar por el crecimiento

Publicado en Diario Progresista


¿Qué pasaría si Angela Merkel no consiguiera el apoyo de su propio Parlamento para ratificar el pacto fiscal europeo que ella misma impulsó? La alianza de François Hollande con los socialdemócratas alemanes del SPD podría generar ese escenario. El presidente de la República Francesa llega hoy a Berlín con ese as en la manga, dispuesto a forzar la rendición de Merkel a las tesis de la izquierda europea.
Hollande llega a Berlín empoderado por la izquierda europea para forzar a Merkel a cambiar el rumbo y apostar por el crecimientoPolítica contra capital. Es el pulso que desde hoy mismo, pocas horas después de que François Hollande haya tomado posesión como nuevo presidente de la República Francesa parece que se vaya a jugar en el mapa europeo. Angela Merkel, que hasta las elecciones del pasado domingo se había negado a recibir o escuchar al líder socialista galo, tendrá que recibir hoy en la cancillería a un Hollande que llega dispuesto a marcar las nuevas líneas de funcionamiento del eje Berlín – París, que posiblemente, desde hoy, sea el eje París –Berlín.

Relajar las estrictas medidas de austeridad impuestas hasta ahora por Merkel con la complicidad de su matrimonio estratégico con Nicolás Sarkozy, pueden convertirse en una obligación para la hasta hace sólo unos días todopoderosa jefa de gobierno germana. Para ello, François Hollande, el hombre afable y discreto, llega a Berlín con un pacto cerrado de antemano con los socialdemócratas del SPD, que se han mostrado dispuestos a ayudar al inquilino del Elíseo a impulsar un nuevo rumbo para las políticas económicas de la Unión Europea.

Así, las propuestas económicas defendidas por Hollande durante su campaña electoral en el país galo, radicalmente contrarias a las recetas con las que Merkel viene ahogando las perspectivas de crecimiento del viejo continente, y especialmente a los países del sur, podrían ir cogiendo forma antes de lo que muchos hubiesen apostado. La alianza estratégica con los socialistas alemanes, que tienen en su mano boicotear la aprobación de los planes de la canciller en el parlamento alemán, está llamada a forzar un cambio de discurso de Angela Merkel, so riesgo de ver como su plan para la Unión Europea no recibe la aprobación de su propio país.

Un programa inmediato contra el paro juvenil en Europa, medidas contra la crisis financiera y bancaria, programa de crecimiento y empleo, inversiones y fondos europeos para dicho crecimiento y apoyo a las administraciones públicas -los ejes del discurso económico de Hollande-se han convertido en condiciones inexcusables del SPD para apoyar cualquier plan de pacto fiscal encabezado por la canciller alemana. La necesidad de sumar tres quintos de las cámaras parlamentarias, el Bundestag y el Bundesrat, prodría forzar a Merkel a aceptar el nuevo rumbo reclamado por Hollande y apoyado con sus socios de la izquierda alemana. No aceptar esas condiciones, según han hecho público los líderes del SPD, supondría que el plan de pacto fiscal de Merkel no llegaría a salir de las fronteras de la todopoderosa Alemania.

El pacto de Hollande con los socialistas del SPD se ha hecho visible através del documento que los socialistas alemanes han presentado a la canciller como condición sine qua non para llegar a ningún acuerdo, que incluye medidas defendidas por líder galo como introducir un impuesto de transacciones financieras, completar el pacto fiscal con un programa de crecimiento y empleo, exigir “responsabilidades estrictas” a los bancos en casos de especulación, y -aquí radica la mayor novedad- separar la banca de negocios de la banca de inversión, lo que implica volver al sistema bancario anterior a la derogación del acta de separaciónimpulsada por el presidente estadounidense Ronald Reagan en los primeros años ochenta del siglo pasado, y en la que los analistas financieros pueden datar el comienzo del campo de cultivo de la actúal crisis financiera. La propuesta se remata con la exigencia de una “inspección bancaria europea” que vele por el cumplimiento de estas condiciones.

Toda la izquierda europea, incluida la alemana, coincide en responsabilizar de la parálisis en el crecimiento económico de la Unión a las tesis defendidas por el matrimonio Merkozy, cuyo divorcio ha sido impuesto por la voluntad popular expresada en las urnas. “De una crisis localizada y controlable hemos pasado a una crisis del euro, y Merkel y Sarkozy son los principales responsables", ha asegurado Sigmar Gabriel, uno de los principales líderes del SPD. “El principal error fue plantear la crisis como un problema presupuestario, sin atacar los problemas de crecimiento y de desequilibrio dentro de la unión monetaria, para lo que se requieren instrumentos como una política económica común y herramientas para corregir los desequilibrios dentro de la eurozona”, ha señalado el dirigente socialdemócrata, que no ha ocultado su decisión de formar una alianza estratégica con Hollande para definir la nueva senda que debe seguir Europa para dejar atrás la crisis económica y facilitar el crecimiento y la creación de empleo.

Así las cosas, los que pensaron que la voluntad de cambio expresada por los franceses el 6 de mayo chocaría frontalmente con el muro infranqueable de Angela Merkel se van encontrar con que la presencia de un líder de izquierdas en el Elíseo puede forzar a una revisión total de las recetas que han venido anteponiendo los intereses de los poderes financieros por encima de las necesidades de la población. 

La alianza de François Hollande con la izquierda alemán es el as en la manga con el que el presidente francés llega Berlín dispuesto a hablarle de tú a tú a la canciller Merkel, demostrando que la unión de la izquierda europea, que el galo parece dispuesto a capitanear, es un poderoso bloque con capacidad para cambiar el rumbo y dirigir a la Unión a una nueva etapa en la que los intereses de los ciudadanos primen sobre los de los bancos. El pulso comienza esta misma tarde en Berlín, y la maniobra de François Hollande de llegar a la capital alemana arropado por el acuerdo con la izquierda del SPD en un momento de debilidad de Merkel indica que la arrogancia de la canciller puede estar llegando a su fin.
 

El 15-M se impone a las provocaciones del Gobierno y hace oir su mensaje en las calles y plazas de España

Publicado en Diario Progresista


En su primer aniversario, el 15-M ha demostrado durante cuatro días que, a pesar de su juventud, es un movimiento de notable madurez, con vocación de continuidad y las ideas muy claras. Maratonianas jornadas de asambleas populares en 80 ciudades de toda España han vuelto a poner sobre la mesa el hartazgo de mucha gente que opina que otra forma de gobernar es posible. Sólo las innecesarias y desmedidas intervenciones policiales ordenadas por el Gobierno han tratado de empañar estas jornadas.


El 15-M se impone a las provocaciones del Gobierno y hace oir su mensaje en las calles y plazas de EspañaPorque cada vez está más extendida la idea de que la intención perseguida por el Gobierno del Partido Popular al ordenar la intervención de cientos de policías contra pequeños grupos de apenas unas decenas de personas que no habían hecho nada ilegal, lo único que perseguían eran forzar titulares en los medios de comunicación que relacionaran al movimiento de los indignados con una cuestión de orden público.


La realidad, sin embargo, es que tanto la Puerta del Sol, como la Plaza de Catalunya, como cientos de plazas en más de 80 ciudades y pueblos españoles han vuelto a ser un hervidero de miles de ciudadanos insatisfechos, con una enorme capacidad de analizar la realidad y con un torrente de propuestas para abordar medidas que ayuden a mejorar una sociedad que ven abocada al desastre si no se empieza ya a corregir sus errores. Y, este el mayor mensaje del aniversario, el movimiento del 15-M, de los indignados, está plagado de miles de personas con un firme compromiso de trabajar para ponerlas en práctica las soluciones si se encuentra la manera de facilitar la participación ciudadana en la gestión política que ven a todas luces equivocada.


La primera jornada, casi 100.000 indignados abarrotaron la Puerta del Sol, generaron unas imágenes que recordaban a las víspera de las elecciones autonómicas y municipales del pasado año. Este sábado, como entonces, la foto de una multitud pacífica y, a la vez, vociferante, volvió a las primeras páginas de los principales diarios de todo el mundo, e informativos de todo el planeta abrieron sus ediciones con el malestar de los españoles que viven la que, seguramente, sea la peor crisis económica, de empleo y de valores que hayan vivido nunca en tiempos de democracia.


Ayer, los ´indignados´ culminaron la serie de asambleas generales en las que se ha analizado el balance de las movilizaciones con motivo del primer aniversario del 15M, desafiando por cuarto día consecutivo la limitación horaria impuesta por la Delegación del Gobierno. Varios miles de personas congregadas en la Puerta del Sol iniciaron a las 19.00 horas la asamblea general después de realizar una protesta en forma de cacerolada. ´Si no nos escuchan, nos van a oir´ ha sido el lema de esta sonora reivindicación que se ha escuchado durante más de 45 minutos. La asamblea puso en común el trabajo de las diferentes comisiones de trabajo que se han desarrollado desde el pasado sábado y continuó, un día más, su labor más allá de las diez de la noche, hora límite fijada por la Delegación del Gobierno para las concentraciones. 


La cuarta jornada de concentraciones en Sol, coincidiendo con la fecha de nacimiento del movimiento, se desarrolló con la misma normalidad de los días anteriores, con una indiscutible lección de civismo, a pesar de que la jornada del día anterior se volviera cerrar con ocho detenidos en las innecesarias y premeditadas intervenciones de la Policía.


Empero, de estos cuatro días de conmemoración surgen varias conclusiones. El 15-M está vivo. Como ha afirmado el maestro de periodistas Iñaki Gabilondo, es absurdo tratar de ningunear al movimiento, porque este, sin duda alguna, está formado, de forma más o menos activa, por millones de españoles indignados que no están, por más que se pretenda hacer creer lo contrario, teledirigidos por “oscuras fuerzas maléficas de la izquierda batasuna o revolucionaria”. El 15-M es capaz de analizar y explicar con precisión cada uno de los males que atenazan a nuestro país y al mundo en general. Y la más importante, el 15-M debería ser más escuchado, porque desde las modestas asambleas de barrio que no han dejado de pensar y proponer en todo este año, surgen cada día miles de propuestas que, de ser tenidas en cuenta, ayudarían a cambiar el rumbo sin rumbo del barco en el que la ciudanía navega hacia el precipicio. Ya lo demostraron hace un año cuando los partidos tradicionales prácticamente ignoraron las movilizaciones de entonces, pero incluyeron en sus programas electorales que habían surgido de las indignadas plazas de mayo de 2011.


Ayer, una vez más, el ya clásico “grito de silencio” en el último minuto del día, otra sonora cacerolada y una manifestación improvisada a la Bolsa de Madrid, pusieron punto y final a la conmemoración del primer año de vida de la #spanishrevolution. Los detenidos y los procesamientos de una treintena de jóvenes ni han amilanado ni han podido empañar las pacíficas y comprometidas acciones de este movimiento que promete seguir dando la batalla. Al menos, hasta que la clase política destinataria de su mensaje se ponga las pilas y los indignados dejen de sentir la necesidad de gritarles “que no, que no, que no nos representan”.
 

martes, 15 de mayo de 2012

300 vs 200000, puntualizaciones

Viendo algunas reacciones tanto a mi post de ayer, como, sobre todo, al de la querida y admirada compañera Martu Garrote, en su conocido e influyente Martublog, me siento llamado a hacer alguna puntualización al respecto de la polémica desatada.

Como es lógico, los socialistas estamos obligados a escuchar la voz que se emite más allá de los muros de nuestras agrupaciones, y no creo que ninguno sienta deseo de desdeñar las opiniones de nadie, y menos de los numerosos expertos mundiales sobre todos los temas.

Lo que se criticaba en mi post, y me atrevo a segurar que también en el Martublog, es el anuncio hecho por Ramón Jáuregui a través de la agencia Europa Press, que en su literalidad, venía a decir que la dirección del PSOE, encabezada por Alfredo Pérez Rubalcaba, le había encargado crear ese grupo de 300 expertos, para que, organizados en 15 o 20 grupos de trabajo (cinco arriba, cinco abajo, qué más da), sus "relatores" dictaran a Jáuregui las ideas que él mismo plasmaría en el documento que la dirección federal del PSOE sometería a la aprobación de la "Conferencia Política". Todo ello envuelto en un pomposo titular que afirma que "el PSOE prepara una renovación ideológica importante".

Los socialistas llevamos escuchando las voces de expertos desde nuestra fundación hace 133 años. No hay más que acudir a la propia web de nuestro think tank, la Fundación Ideas para encontrar abundante bibliografía que lo demuestra en los últimos años. ¿Ha dejado de tener valor todo el trabajo realizado desde esa y las otras fundaciones e institutos del Partido? El anuncio de Jáuregui hace inferir que la Conferencia Política, que ya ha sido aplazada una vez, entregará a los delegados que participen en ella un documento ya elaborado sobre la posición y los objetivos del PSOE. Una vez más, en el mejor de los casos, pasaremos por el tedioso proceso de gastar interminables horas debatiendo enmiendas de adición, supresión o sustitución que -ojalá me equivoque-, a lo sumo, pulirán un texto previamente decidido por la dirección federal del partido.

Si Ramón Jáuregui hubiese anunciado la apertura de un proceso de debate ideológico en todas y cada una de las agrupaciones del Partido Socialista, en el que los 200000 mil militantes fueran aportando sus ideas, opiniones e inquietudes con el objetivo de elaborar un documento que, para ser reforzado, fuera sometido al estudio y debate de 300 (o 200000) expertos ajenos al partido, tal vez no habría lugar a polémica o malentendido alguno. Ni siquiera la sensación de que al militante se le llama exclusivamente para el reparto de propaganda o la votación de turno. Se trata, en definitiva, de una cuestión de metodología, o, si me apuran, de formas.

El PSOE es un hervidero de ideas desde su existencia, aunque algunos dirigentes poco dados a visitar las agrupaciones en periodos intercampañas  parezcan ignorarlo. Y lo es mucho más desde que en mayo de 2010 nos vimos obligados, sin debate interno alguno, a dejar en suspenso nuestro propio programa electoral -y de paso, nuestro ideario- para satisfacer las exigencias de los mercados, a sabiendas de que ello nos iba a hacer perder -muy motivadamente- el apoyo popular que tanto nos va costar recuperar. Decisiones como promover una reforma constitucional nunca debieron adoptarse sin el concurso de las bases del PSOE; de hecho, no deberían haberse tomado sin el concurso de todos y cada y uno de los españoles con derecho a voto. Pero en este partido -y esas es una de las cosas que debería abordar la Conferencia Política- está demasiado extendida la idea de que las direcciones, por el mero hecho de serlo, están dotadas de unos conocimientos y capacidades que, lamentablemente, ganar un proceso congresual no concede milagrosamente.

Escuchar primero a la militancia, que, esencialmente, está compuesta por ciudadanos que viven la triste realidad en primera persona, y solucionar la urgente necesidad de definir un sistema de decisiones acorde al tiempo en que vivimos, son el paso previo a poder pedir a los expertos, sin lugar a equívocos, la ayuda y el asesoramiento que el socialismo del siglo XXI, y la sociedad en general, están necesitando para poder liderar los cambio ideológicos y sociales que sola y exclusivamente la izquierda está llamada a hacer realidad.

Resumiendo. Las ideas, proyectos y objetivos deben surgir de las bases del partido, que, como bien dice el maestro Antonio Carmona, es una herramienta para el progreso que debe pertenecer y pertenece a la clase trabajadora. A la ciudadanía, al fin y al cabo. Los expertos, que estén llamados a ayudarnos a convertirlas en realidad. Lo contrario, opino, es pervertir la propia existencia del partido como tal.

Espero haberme explicado.







lunes, 14 de mayo de 2012

300 vs 200.000


Cuando una ciudadana o un ciudadano se acerca al Partido Socialista con intención de afiliarse, lo hace porque tiene ideología, inquietud y ganas de transformar la sociedad desde la izquierda. Nunca para formar parte de una masa sin criterio de la que hacer uso, debidamente ordenada, customizada y transportada, en vísperas electorales. 

Ayer, Ramón Jáuregui, anunció que se va a buscar la ayuda de 300 "expertos", ajenos al Partido y seleccionados por la actual dirección, para que, "distribuidos en 12 o 15 grupos de trabajo" relaten a Jáuregui ideas con las que elaborar un documento político sobre temas de tanta envergadura como "la reforma del Congreso, el Senado o el sistema electoral". Posteriormente, la dirección del PSOE someterá dicho documento a la aprobación del partido en la Conferencia Política.


No es la primera vez que afirmo que es muy desmoralizador formar parte de una organización en la que cuando vas a  participar en algo, te encuentras que ya está todo hecho. Que los documentos están redactados, que los debates están limitados, que las candidaturas están decididas… En la que, cuando las cosas van bien, acceder a la sede principal requiere de DNI, estricta invitación y enormes medidas de seguridad, mientras que cuando se teme lo peor, te inundan el teléfono móvil de llamadas y mensajes “recordándote” que “estás invitado” a compartir la (trágica) noche electoral con el líder de turno. Una organización que cuenta con más de 200.000 afiliados -y diversas fundaciones-, y que tiene que buscar hasta 300 expertos que Jáuregui no ha aclarado si, además -como es lógico- cobrarán por decirnos a los dos centenares de miles de socialistas españoles qué tenemos que pensar y qué tenemos que proponer a nuestros conciudadanos para situarnos en el siglo XXI.

El anuncio se produce sólo unas horas después de que una multitudinaria marea humana inundara ayer la Puerta del Sol para volver a reclamar a la clase política que "baje del pedestal" y escuche "la voz del pueblo". Y de que el Gobierno de Mariano Rajoy disolviera violentamente -aunque sin incidentes, dada la enorme sensatez de los desalojados- a un centenar de personas que debatía en el kilómetro cero, 'ocupada' como señal de protesta por la lamentable situación de nuestro país y el mundo en general. Ni una mención al respecto por parte de la dirección del PSOE. Ni a la impresionante manifestación, ni al atentado a las libertades perpetrado por el Gobierno del PP. Sin embargo, Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros,  sí tuvo tiempo para felicitar, vía Twitter, a los socialistas alemanes por haber ganado las elecciones en Renania a la CDU de Ángela Merkel. Un mensaje escueto y de marcado carácter triunfalista emitido desde una España en la que las encuestas dicen que, a pesar de las políticas de acoso y derribo del Estado del Bienestar por parte del Partido Popular, el Partido Socialista continúa 11 clamorosos puntos por debajo en intención de voto y no consigue, ni por asomo, recuperar la confianza perdida.

Dirigentes que deciden hablar en nombre de todos, pero que cuando no saben qué deben decir, deciden buscar en el exterior -y previo pago- lo que la militancia debe escuchar, pero que no parece haberse planteado escuchar a una militancia que hasta es posible que disponga de las respuestas que se buscan. No debe ser muy descabellado imaginarlo entre doscientas mil personas. Pero, algo es algo, las bases -se entiende que por la misma vía de delegaciones "del siglo XX"- podrán votar en una Conferencia Política el documento que Jáuregui presente tras plasmar en él las conclusiones relatadas por los expertos. 

Cuatro millones de españoles dieron la espalda al PSOE en las últimas elecciones generales. Muchos de ellos, desencantados con una clase política incapaz de comprender qué está pasando a ras del suelo. Otros muchos, porque ven cómo las recetas de los expertos se alejan de sus necesidades, y, sobre todo, de su propio vocabulario de ciudadanía de base.  

En el último congreso federal del PSOE se decidió posponer algunas decisiones -que se consideraron, sin que muchos entendamos aún por qué, delicadas para decidir en Sevilla- a una Conferencia Política que, entre otras cosas, debería abordar con valentía, las formas de aumentar la participación de la militancia en las decisiones más importantes del Partido. Elección directa (1 militante = 1 voto) de los secretarios generales, posibilidad de implantar las listas abiertas en la elección de los órganos de dirección y abrir a los simpatizantes las primarias de nuestros candidatos en las elecciones parecían entonces los temas más importantes a debatir en la pospuesta conferencia. Ninguno de estos temas ha sido citado por Jáuregui en el anuncio de las tareas que no ha quedado claro si el Partido va poner a los expertos, o los expertos al Partido.

Más y mejor democracia es lo que la ciudadanía está demandando. Los socialistas debemos ser el ejemplo de que conseguirlo es posible. El anuncio de Ramón Jáuregui no se compadece con esa demanda colectiva, dentro y fuera del PSOE. Demanda que es necesario atender cuanto antes o nos seguiremos alejando de una sociedad que queremos transformar y mejorar y que, con la que está cayendo, sigue sin ver en el Partido Socialista la solución que es y debe ser.

OTROSÍ DIGO.-  Personalmente, considero que sería necesario celebrar las elecciones primarias para candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno cuanto antes, pues nadie puede asegurar que en la actual situación política y económica de nuestro país, el Gobierno de Mariano Rajoy esté en condiciones de terminar la legislatura sin una fuerte contestación ciudadana, lo que podría llevar al Presidente a adelantar unos comicios para buscar un refrendo a sus políticas que sólo podrá conseguir si el PSOE continúa en el actual estado de crisis de ideología y liderazgo que, en mi opinión, se encuentra. 

domingo, 13 de mayo de 2012

LA CALLE ES DE RAJOY

Publicado en Diario Progresista


La ´desobediencia civil´ no podía quedar impune para el Gobierno del Partido Popular. Mariano Rajoy tuvo que decidir esta madrugada de ayer entre dar rienda suelta al deseo de manifestar el malestar de la ciudadanía a través de los actos conmemorativos del 15-M, caracterizado, principalmente por ser un movimiento de ´desobediencia civil´, o tener que soportar los reproches que la prensa de derechas podría dedicarle presentándole ante su audiencia como "un blando". Buscó el ´término medio´.

 

Sin duda, ese temor ha pesado durante la madrugada en el Presidente del Gobierno, que cada día pierde más apoyos y sólo cuenta con el respaldo de su partido en las cámaras legislativas, y de la brunete mediática que, a fuer de “impactantes” portadas y grosera manipulación informativa, imprime cada día una España a gusto del votante de derechas, y, sobre todo, del Partido Popular, aunque esta se corresponda entre poco y nada con el acontecer diario de un país que no ha hecho más empeorar desde la llegada de Mariano Rajoy a La Moncloa.

Así, tras verse desautorizado por la propia realidad, el Gobierno se vio obligado ayer a desistir del ‘toque de queda’ ordenado -como en los países de escasas libertades democráticas- a partir de las diez de la noche. La Delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, que era quien había dado la orden, al más puro estilo del recientemente fallecido fundador de su partido y muñidor de la tristemente célebre frase “la calle es mía”, tuvo que admitir su error ante la impresionante marea humana que había decidido desafiar su orden.

Pero cuando se dispone de un remanente de 2.000 policías para hacer cumplir las órdenes, no hubo más que esperar a que el número de personas al que obligar aobedecer fuera lo suficientemente pequeño para poder demostrar que a este Gobierno no se le lleva la contraria. Si mientras las multitudes se mantuvieron firmes, los policías se mantuvieron estáticos, la prudencia y la inteligencia de la Delegación del Gobierno de Madrid se agotó, sin aparente motivo, a altas horas de la madrugada cuando, quizás para hacerse perdonar por los más integristas del PP sus ‘condescendencias’ con la ciudadanía, ordenó el desalojo de la Plaza. Desalojo innecesario y que sólo gracias al buen tino de los indignados no derivó en escenas de violencia.

En torno a las cinco de la mañana, un reducido grupo de escasas decenas de personas continuaba en la Puerta del Sol, de forma pacífica y sin producir molestias que pudieran alterar el sueño de los vecinos, en una animada tertulia de madrugada inspirada por el emocionante recuerdo de lo que sólo una pocas horas antes habían vivido en el kilómetro cero de Madrid. Fue el momento elegido por la Delegación del Gobierno, que pudo así desquitarse del impacto que la desobediencia civil de primera hora de la noche pudiera tener sobre la autoridad gubernamental, y no dudó en movilizar a cientos de policías para desalojar al grupo de tertulianos, muy inferior en número, que aún ‘ocupaba’, a pesar del toque de queda, la céntrica Puerta del Sol.

En apenas una hora la Policía sacó del lugar a las pocas decenas de personas que, minutos antes de las 5.00, aún permanecían en el recinto. No se registraron incidentes. No obstante, el desalojo se saldó con 18 manifestantes detenidos y dos agentes “heridos leves”, según ha informado a Europa Press la Dirección General de la Policía, a la que no le consta que haya heridos entre las personas que, pasadas las 4.30, permanecían en la plaza. Las presuntas heridas, al parecer, no hicieron necesaria la intervención del SAMUR. No fue necesario hacer uso de porras o material disuasorio.

En el marco del desalojo, varias personas, que opusieron resistencia, fueron detenidas. Alguno de ellos permaneció durante varios minutos en el suelo y esposado con las manos en la espalda. Durante todo el proceso, la Policía procedió también a realizar numerosas identificaciones.

El mismo escenario de tensión se dio ya pasadas las 6.00 de la madrugada, en plena Gran Vía, cuando los agentes antidisturbios introdujeron a varios detenidos en un furgón policial. Esta actuación generó los aplausos de los presentes hacia los detenidos y más gritos contra la Policía que llegó a cortar el paso de los transeúntes en una de las aceras de la Gran Vía.

A las 5.30 de la madrugada, la presencia en la plaza consistía en varias decenas de furgones de los antidisturbios y los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Madrid, así como el helicóptero de la Policía que, durante todo el desalojo, permaneció sobrevolando la zona.

Una vez desalojada la plaza, la Policía procedió también a despejar las principales calles de acceso y expulsar a los manifestantes, algunos de ellos portando "material de acampada" como sacos de dormir que todavía permanecían en la zona.

Los agentes llegaron a advertir a los presentes que, en caso de permanecer en la zona, se les tomaría nota de su documentación para interponer la correspondiente sanción ante la Delegación de Gobierno que había fijado las 22.00 como límite horario para las concentraciones. Esto logró que, pasadas las 5.30 horas, las principales calles que dan acceso a la plaza como Preciados, El Carmen, Montera o Arenal, fueran despejadas. Un grupo de unas veinte personas permanecieron en la calle Tetuán (entre las calles Preciados y El Carmen) profiriendo gritos contra la Policía. Pero minutos después, también fueron evacuados. La presencia policial se hacía notar en todos los aledaños de la plaza donde los agentes establecieron controles que impedían el paso a cualquier persona, incluyendo a los medios de comunicación.

En torno a las 6.30 de la mañana, la actividad se centraba en la Gran Vía, donde había numerosos furgones de los antidisturbios y los pocos manifestantes que aún permanecían en el lugar se mezclaban ya con las personas que salían de los lugares de ocio situados en la zona de la Gran Vía. 

Tras la exitosa intervención de cientos de agentes policiales, el Gobierno hizo público un comunicado en el que daba entender, orgulloso y ufano, que había hecho "cumplir la Ley". 

La indignación por la intervención policial se está reflejando desde el mismo momento del desalojo en las redes sociales, donde el hashtag #volvemosalas5 es yatrending topic. Hay que recordar que el desalojo por la fuerza de la Puerta del Sol el año pasado fue el germen que derivó a la famosa #acampadasol que durante semanas convirtió el kilómetro cero en una mini ciudad de protesta permanente. Entonces, el Partido Popular hizo de la supuesta debilidad del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero uno de sus caballos de batalla en su estrategia de desgaste contra el PSOE. 

Lo sucedido esta madrugada en Sol fue una innecesaria intervención policial cuyas consecuencias se conocerán a lo largo del día de hoy. La paz, que nunca se marchó, volvía a las calles del centro de Madrid con las primeras luces del amanecer, una vez que la policía volvió a sus bases, aunque se mantiene el fuerte despliegue intimidatorio que ayer no frenó la llegada de cientos de miles de personas. Para hoy están convocadas nuevas concentraciones, y es una incógnita la reacción de los manifestantes cuando conozcan que sus compañeros apresados ayer todavía permanecen en los calabozos, acusados de no se sabe muy bien qué. ¿Está preparado el Gobierno del PP para gestionar la respuesta del movimiento 15-M?

La voz del pueblo no es ilegal

Publicado en Diario Progresista


Espectacular y sobrecogedor. El ´grito de silencio´ que tuvo lugar en el minuto cero del día de hoy en la Puerta del Sol, sin duda erizó la piel de las miles de personas que participaron en él. Si la unión hace la fuerza, el kilómetro cero de Madrid era una plaza fortificada al cierre de esta edición de Diario Progresista. Decenas de miles de personas unían sus voces de protestas contra las medidas tomadas por el Gobierno y dictadas por "los mercados". La noche prometía ser larga.
La voz del pueblo no es ilegalDesafiando el ‘toque de queda’ que había dictado la Delegada del Gobierno de Madrid, Cristina Cifuentes, y demostrando que el discurso que hace un año llenó las plazas de España de acampadas de protesta sigue más que vivo, más de 50.000 personas esperaban las campanadas del reloj de la Casa de Correos al grito de “la voz del Pueblo no es ilegal”. Escenas similares se daban en el resto de España. Otras consignas ya conocidas, como que “no nos representan” y “lo llaman democracia y no lo es” protagonizaron los cánticos propios del movimiento nacido el 15 de mayo del pasado año.

Si la que comenzó ayer fuera realmente una movilización antisistema, el sistema debería preocuparse. Sin embargo, como ocurrió hace un año, las miles de personas que ayer ocuparon varias capitales de provincia en España (y hasta 160 en el resto del mundo) no luchan contra el sistema. Ayer, como entonces, los indignadossalieron a la calle porque lo que quieren es que el sistema funcione como debería. Como la organización social en la que todos caben y todos pueden convivir en igualdad de oportunidades. 

En 2011, la movilización que derivó en la conocida como #acampadasol (y las otras) protestaba contra las medidas que se estaban tomando para paliar los efectos de la crisis, en 2012. Sin embargo, el movimiento 15-M ha demostrado cierta madurez organizativa renunciando a montar de nuevo las acampadas que mantuvieron en jaque a las autoridades el año pasado, pero no a tomar la calle como forma de protesta. Si las medidas tomadas por el gobierno socialista al albur de los dictados impuestos por “los mercados” congregaron a miles de personas en Sol, no cabe duda de que el movimiento de “los indignados” consideran que el nuevo gobierno, el presidido por Mariano Rajoy, han superado todas las expectativas de agresión a la ciudadanía, y las imágenes de Madrid en los primeros minutos de este domingo harán historia.

La jornada comenzó a las seis de la tarde de ayer con la salida de las diversas columnas llamadas a ocupar el kilómetro cero. Transcurrió en un ambiente de absoluta normalidad y sin que se registrara ningún tipo de acción violenta por grupos incontrolados. A medida que avanzaban las columnas ya era imaginable que las restricciones impuestas por la Delegada del Gobierno de Madrid, Cristina Cifuentes se pudieran cumplir. Cualquier intervención policial que pretendiera desalojar a los manifestantes sería una irresponsabilidad por parte de las autoridades, pues la más mínima estampida podría terminar de forma imprevisible en tal marea humana. En torno a las once de la noche, se convocaba un gabinete de crisis en la Delegación del Gobierno que decidía no intervenir policialmente contra los manifestantes.

El éxito de la convocatoria, en Madrid y el resto de ciudades ocupa hoy la mayoría de las portadas de los principales medios de comunicación de todo el mundo. El Ministerio de Interior, poco antes de la medianoche hacía públicas sus propias cifras, que situaban a unas 30.000 personas en la Puerta del Sol, una cifra sensiblemente inferior a las que se dieron, por ejemplo, la última celebración del año nuevo en el mismo sitio. En Barcelona, el ministerio aseguraba que se habían manifestado unas 22.000 personas y otras 8.000 en Valencia. Ninguno de esos cálculos parece corresponderse con las cifras reales que se registraron ayer en las principales ciudades españolas.

Al publicarse esta noticia, nadie podía prever qué va a ocurrir en la Puerta del Sol. La Delegación del Gobierno anunció que no habría intervención policial si no se producía ningún tipo de acampada. Es decir, si no se instalaban tiendas de campañas o esterillas para dormir. Pero la decisión de los manifestantes no parecía que fuera a tener en cuenta la advertencia de Cristina Cifuentes y habrá que esperar a ver cómo se suceden los acontecimientos en las próximas horas y días, hasta el martes.

El movimiento 15-M demostró ayer su capacidad de convocatoria y superó todas las expectativas en su intención de llamar la atención del Gobierno y de la clase política general. Los indignados recuperaron ayer las plazas en el primer aniversario de las movilizaciones de 2011. La ocupación pacífica de las calles está prevista que dure hasta el próximo martes, y ya se trabaja en nuevas acciones encaminadas a lograr un cabio de rumbo en las políticas anticrisis y en la propia concepción de las políticas económicas y sociales desarrolladas en todo el mundo.

sábado, 12 de mayo de 2012

15-M, un año después

Algo, tal vez el principio de un cambio impulsado desde las bases de la Sociedad, parecía gestarse en mayo del pasado año, cuando miles de personas de todas la edades, pero, sobre todo, jóvenes, decidieron ocupar las principales plazas de España en señal de protesta contra un sistema que ha dejado de funcionar y que pide a gritos reformas para llegar a ser lo que se supone la esencia de los estados democráticos, el poder del Pueblo por y para el Pueblo. Ha pasado un año y las cosas han empeorado.

Ni las más optimistas previsiones hacían pensar a los promotores de la manifestación del 15 de mayo de 2011 el éxito que esta iba a tener. Decenas de miles de personas ocuparon las calles de Madrid y otras capitales para reclamar “democracia real ya” y un necesario cambio de rumbo. 24 horas después, un pequeño grupo de personas, menos de 100, decidían iniciar una acampada en la Puerta de Sol con la que mantener la llama que sólo un día antes, el éxito de la manifestación parecía haber encendido y consideraban necesario que no se apagara. Pero la Policía, cumpliendo órdenes, decidió abortar la iniciativa. 

Si quien dio aquella noche la orden de desalojo hubiese intuido lo que sucedería durante las semanas sucesivas, nunca la hubiese cursado. Las redes sociales, esa arma incontrolada –aún– por los poderes públicos, capaz de hacer que una pequeña noticia dé la vuelta al mundo en pocos minutos, mostraron tal indignación que la hazaña abortada se multiplicó por mil en cuestión de horas. La noche siguiente, de la audaz iniciativa de pasar la noche a la intemperie que aquel escaso centenar de personas no había logrado sólo unas horas antes, devino otra, incontrolable y, sin embargo, sorprendentemente organizada, que los libros de Historia recordarán siempre como el movimiento 15-M, protagonizado por los indignados. El centro neurálgico de la capital de España se convirtió, durante casi tres meses, en unaminiciudad autoabastecida, sostenible y de funcionamiento extrema y exageradamente democrático.

Quien firma este texto compartió con los indignados los primeros días de la acampada que puso en jaque al sistema durante semanas. No hay mayor justicia que reconocer lo que es cierto, y lo que sucedió durante los primeros días en la Puerta del Sol, rebautizada Plaza de la SOL-ución, sólo podía definirse como el regalo de una impresionante lección de civismo. Los motivos, los lemas, el desarrollo pacífico y ejemplar de aquellos días, difícilmente podrán ser olvidados por quienes estuvimos allí. Tampoco la corriente de simpatía generalizada que aquel comportamiento despertó en una ciudadanía que comenzaba a sentir los efectos de esta crisis que ya se siente en cada hogar, y que, igual que la primavera árabe y las concentraciones en la ateniense plaza de Syntagma impregnaron el sentimiento de indignación generalizada en España, contagió al resto de Europa y del mundo, donde se sucedieron, también, acampadas de protesta que pretendían abrir los ojos de una case política a la que se le demandaba “bajar a la Tierra” y compartir el malestar de la ciudadanía.

Se estaba produciendo, además, o al menos lo parecía, una aparente repolitizaciónde la población, que, sorpresivamente, comenzaba a organizarse en asambleas para debatir y proponer alternativas al statu quo del momento, claramente insatisfactorio. 

Sin embargo, toda esa movilización que llamaba a mejorar la democracia -que de eso se trataba, y no de otra cosa- no se tradujo en la única movilización que podía favorecer un cambio, el cambio. Las elecciones autonómicas y locales, celebradas el 22 de mayo, en pleno apogeo del movimiento de los indignados, y las generales de noviembre, después, se caracterizaron por un fuerte abstencionismo que favoreció un demoledor triunfo de la derecha política y económica, y tiñó de azul el mapa del poder en nuestro país. El PSOE, como todos los partidos europeos en el poder cuando comenzó la crisis, pagó la factura del descrédito que la misma había procurado a la clase política, y ni los socialistas, ni Izquierda Unida (realmente) ni los partidos minoritarios, se vieron favorecidos por el voto de la que se suponía una ciudadanía dispuesta a cambiar el estado de las cosas. La ´revolución de los indignados´, que habían hecho de “le llaman democracia y no lo es” el principal lema de su movilización, no generó el uso de la mejor herramienta que el sistema democrático ofrece para decidir el camino que debe seguir un país, y los electores, creyendo castigar a los políticos por sus muchos errores y faltas, no lograron evitar que todo el poder territorial cayera en manos de la dinastía política desde cuya ideología y forma de entender la economía se fraguó la crisis que había dado pie al 15-M. 

Lo sucedido después forma parte de nuestro oscuro presente. La derecha dominante no ha perdido ni un solo minuto para aplicar –en nombre de la crisis y de las múltiples mayorías absolutas obtenidas– su programa ideológico, y ya ha comenzado a desmantelar el todavía débil Estado del Bienestar español, en el que nunca ha creído y que considera que sus votantes no tienen por qué pagar sin obtener rédito a cambio. Y por rédito sólo entienden beneficios de explotación. En ningún caso, cobertura de prestaciones que, en su egoísta forma de entender lo organización de la sociedad, cada ciudadano podrá tener si puede costeárselas, renunciando a ellas en caso contrario, pero financiando con sus impuestos el sistema que garantice el pleno rendimiento del modelo social impuesto y, en todo caso, unos mínimos que eviten que el Estado deje morir de hambre a los españoles (y sólo a los españoles).

Desde hoy, los indignados vuelven a las plazas “por cuatro días”, para conmemorar el aniversario de lo que llegó a parecer una luz esperanzadora. Lo hacen en un entorno mucho más hostil, con una ciudadanía mucho más amenazada por el mismo sistema que quisieron combatir hace un año, y en una democracia mucho más devaluada por un poder que funciona a base de decretazos y huye del diálogo y la negociación. 

A uno no le queda muy claro qué se quiere celebrar, pero le gustaría pensar que la revitalización de aquella fuerza motriz de mayo de 2011 pueda, esta vez sí, empezar a abrir los ojos de un pueblo anestesiado y temeroso que está viendo, impotente, cómo pierde los muchos avances, aunque insuficientes, que el imperfecto sistema democrático español ha venido logrando en los últimos 30 años. Y de paso, de una izquierda que está necesariamente llamada a que el cambio que reclaman los indignados, la mayoría ciudadana en general, pueda materializarse alguna vez.