Cuando Elena Valenciano, es una nueva
muestra del poco valor que la dirección federal del PSOE parece dar a las bases
del partido, afirma que Tomás Gómez se
está posicionando más en "la izquierda de la izquierda" porque “quiere
curarse de las heridas electorales", lo que en su opinión “sólo sirve para
estar en la oposición”, transciende su papel de vicesecretaria general del
partido para erigirse, al parecer, en psicoanalista del líder que los
socialistas madrileños decidieron eligieron para dirigir el PSM. Basta con que
Valenciano tuviera unos minutos para leer el documento marco que el congreso de
los socialistas madrileños aprobó por abrumadora mayoría, para inferir que, con
sus declaraciones, Gómez no hace otra cosa que cumplir el mandato que la militancia
madrileña puso en sus manos, que no es otro que llevar al PSM, sí, a la
izquierda, a la vanguardia del PSOE, y hacer una oposición dura y responsable. Sin confundir responsabilidad
con consensos que el Partido Popular, ni espera, ni necesita, ni mucho menos va agradecer relajando la presión en su decidida apuesta de aprovechar la
crisis para reconducir a nuestro país hacía el modelo ideológico de la derecha neocon. La descalificación de Elena
Valenciano a las declaraciones de Tomás Gómez podría traducirse, puestos todos
a psicoanalizar, en la descalificación de la dirección federal del PSOE al
legítimo y democrático mandato de la militancia del PSM a su líder.
Según Europa Press, Valenciano, igual
que hizo el otro día en 24 horas, ha vuelto a insistir en que "hay
partidos socialdemócratas que después de perder unas elecciones se van a la
izquierda, se quedan curándose ocho años y otros ocho volviendo al sitio en el
que tienen que estar. Es decir, 16 o 17 años en la oposición". Algo que
Valenciano ha ejemplificado con el caso del partido socialista francés, que “ha
pasado 17 años en la oposición”. Parece olvidar la vicesecretaria general
del PSOE que de los 17 años de inquilinato de la derecha en el Palacio del
Elíseo, cinco lo fueron de cohabitación con la izquierda, entre 1997 y 2002,
cuando el socialista Lionel Jospin fue primer ministro, de la misma forma que
los 14 años de mandato de François Miterrand también lo fueron, en algunos
momentos, de cohabitación con la derecha de Jacques Chirac, que fue primer
ministro antes de hacerse con la Presidencia de la V República. Y lo que es más
importante, que François Hollande ha conseguido ocupar el Elíseo una vez que el
Partido Socialista Francés, lejos de curarse las heridas, ha dado un decidido
giro a la izquierda con un programa de gobierno cargado de propuestas muy
similares a las que los socialistas madrileños han defendido y defienden. Ideas
que Tomás Gómez, en cumplimiento del mandato de las bases del PSM, proclama en
voz alta, como no podía ser menos. Como ha hecho Hollande, con indiscutible
éxito, toda vez que la derecha representada por Sarkozy, muy del estilo de la de Rajoy, así lo hizo necesario.
Finalmente,
Valenciano ha indicado que con los seis meses que lleva el PP en el Gobierno ha
hecho "bueno" al PSOE. Tal vez por eso mismo, las encuestas, tan del
gusto de Ferraz, indican que en un escenario electoral los españoles no
devolverían al poder a los socialistas, y que, a pesar de la que está cayendo,
el Partido Popular lograría mantener el Gobierno y “curarse” sus propias
heridas sin salir de La Moncloa.