Bitácora de Perico Pan. Socialista por convicción. Ateo, pragmático, sofista y un poco jacobino. Navegante entre dos siglos y con cierto ánimo agitador.
martes, 27 de noviembre de 2012
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Carta abierta a Diego Cruz
En respuesta a su post Por vergüenza ajena y en defensa propia
Mira, Diego:
Vamos a dejar las cosas claras de una vez. Lo que todos estamos esperando, y
no se trata de un grupo cada vez más reducido, como vienes tratando de hacer
creer a las pocas –esas sí- personas que sean capaces de terminar alguno de los
insufribles post que, como tú mismo bien dices, perpetras, sino todo lo contrario, es que tengas la gallardía de pedir disculpas a Martu
Garrote por haber incluido las ofensivas etiquetas contra ella que dieron
origen a toda esta polémica. No sé qué clase de Community Manager pretendes hacer crees a nadie que puedes llegar a
ser, si en tu propio blog personal pueden llegar a ‘colarse’ insultos de tamaña
categoría sin tu participación y, lo que es peor, sin que durante semanas
llegaras a darte cuenta de ello, como sí lo hicimos los demás. Ni existen los
duendes, como insinuaste en uno de tus reiterativos tweets, ni un sistema de blogs genera automáticamente etiquetas con
palabras que ni siquiera son citadas en el post de referencia. Muchos menos es
posible un ataque de ‘hackers’, una de las muchas versiones que también ofreciste
en su momento. Ni tienes ni has tenido nunca suficiente entidad personal ni
política como para que nadie pierda el tiempo en organizar un montaje de estas
características.
Así que sólo queda una opción, las insultantes etiquetas,
entre ellas “puta”, solo pudieron salir de tu propia acción, y el resto de excusas
y argumentos en “defensa propia” son sencillamente, mentiras. En cualquier caso,
cualquier Community Manager que se precie de poder llegar a serlo, habría
pedido a estas alturas del servidor que aloja su blog personal una
investigación al respecto para poder ofrecer una explicación técnica creíble
que pusiera fin a tan incómoda situación, y hubiese evitado echar balones fuera
asegurando, lacónicamente, que “yo no he sido”. No haberlo hecho te sigue señalando
como culpable, y poco más hay que decir.
Respecto del famoso grupo de Whatssap del que aseguras haber
sido expulsado poco menos que por celos por haber sido invitado a participar en
un acto, ya que sacas el tema, vamos a contar la verdad:
Efectivamente, el grupo lo formamos una serie de amigos a los que,
más allá de nuestra militancia, nos une precisamente la amistad, y, en él, el principal nexo de
unión es la plena confianza personal entre todos nosotros. Y efectivamente, decidimos
expulsarte del mismo porque, entre todos, llegamos a la conclusión de que no eres
digno de compartir con nosotros un mismo espacio, ya que que el principal activo del grupo, la confianza mutua, no era
aplicable en tu caso. ¿Y por qué? No trates de engañar a nadie, Diego. No fue
porque se te hubiese invitado a participar en ningún acto relacionado con la
cosa 2.0, aunque haya cierta relación con ello.
Lo cierto es que cuando los miembros del grupo supimos que
dicho acto se estaba organizando, entre nosotros, tú incluido, estuvimos
comentando en quién estaría pensando la organización del evento para el mismo.
Y, como pudimos comprobar con posterioridad, mientras en el grupo compartías
esas dudas, ya habías aceptado ser ponente y concretado tu participación. Sólo
quienes quien creen que hay algo malo en sus acciones las ocultan. Lo cierto,
Diego, es que si nos hubieses contando la verdad, los miembros del grupo no
solo hubiésemos celebrado que uno de “nosotros”, en ese caso, tú, hubiese sido elegido
para participar en el acto, sino que te hubiésemos ofrecido todo nuestro apoyo
y el amplio y variado material del que disponemos sobre la cosa 2.0 para que tu
intervención hubiese sido la mejor que pudieras ofrecer.
Sin embargo, mientras que ya habías concretado esta participación,
seguías ocultándolo al grupo, como
si de un secreto se tratara, y acabamos enterándonos por otras vías. Es más, hasta llegaste a hacerte el sorprendido y poco menos que nos
intentaste hacer creer que estabas recibiendo la noticia de tu “nominación” a
través nuestra. Fue la mentira, la falta de confianza, la que nos llevó a
expulsarte, es cierto, del grupo de Whatssap, Diego, y no que te hubiesen ofrecido
ser ponente de un acto menor sobre la cosa 2.0.
Es decir, mientes cuando dices que te expulsamos del grupo
por dar un curso, y mientes cuando dices que las insultantes etiquetas de tu
blog aparecieron poco menos que por "arte de magia" (sic). Puestos a mentir, hubiese
sido mucho más fácil, en su momento, haber “perpetrado” un post en el que hubieses
dicho (aunque los que saben un poco de cómo funcionan esta cosas no te hubiesen
creído) algo así como: “Por motivos ajenos a mi voluntad han aparecido en mi
blog Diario de un Transeúnte unas ofensivas etiquetas que nunca deberían haber
estado allí. Lamento el daño que haya podido causar a la compañera Martu Garrote
y estoy tratando de averiguar cómo ha podido suceder para que nunca más pueda ocurrir
algo semejante”. Preferiste ignorar el daño hecho a la compañera y amortizar el
tema para, encima, presentarte tú como la víctima de tus propias acciones. Ya
te vale.
Dicho queda.
PD.- Ah, y esto no es un problema "político".
PD.- Ah, y esto no es un problema "político".
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domingo, 18 de noviembre de 2012
martes, 13 de noviembre de 2012
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