lunes, 31 de diciembre de 2012

Llámenme demagogo

Publicado en Diario Progresista

La cuestión no es si un centro que presta servicios públicos puede ser gestionado por empresas privadas. La cuestión es si en tiempos de crisis, con una alarmante caída de los ingresos, y en pleno proceso de recortes en las prestaciones sociales, el Estado puede permitirse el lujo de desviar una parte de los presupuestos públicos, es decir, del dinero de todos, al bolsillo de los empresarios, en forma de un supuesto "beneficio de gestión". 

 El trillado mantra de la eficiencia, conocida la experiencia allí donde se ha puesto en práctica la ‘externalización’, no se sostiene. El sistema no ha mejorado los servicios ni las prestaciones. En los mejores casos, y son realmente excepcionales, sólo se podría argumentar que no han empeorado.


Tampoco sirven las oportunistas encuestas de satisfacción de los usuarios. Quién dudaría de la respuesta en una encuesta si preguntara qué causa más satisfacción a los ciudadanos, que sus servicios públicos generen beneficios que pasan directamente al bolsillo de empresas privadas, o que ese beneficio fuera destinado a cubrir los muchos déficits que los recortes están generando en las familias españolas, y, muy especialmente, en las de Madrid.

Si de verdad existe una forma de gestión que permita mantener la cantidad y la calidad de los servicios públicos, el número de profesionales y sus condiciones laborales, y, encima, generar beneficio con menos gasto, aplíquese. ¿O acaso existe un misterioso sortilegio neoliberal que impide aplicar esos exitosos métodos cuando quien lo hace no se está forrando?

Que no se enajene nuestro dinero, que tanta falta nos hace, para ponerlo en la cuenta de beneficios de los amigos de Esperanza Aguirre, Ignacio González, o del marido de Mª Dolores de Cospedal. O dicho de otra forma, que nadie se quede -por imposición de la mayoría absoluta del Partido Popular- el dinero que ponemos en manos de la Administración para que mejore nuestras vidas. 

Y ahora, no se priven: llámenme demagogo.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Alfon: que cese la tortura

El ´secuestro legal´ de Alfon es un escándalo social y político. Pero mientras los grandes medios de comunicación y el principal partido de la oposición guarden silencio, el Gobierno podrá seguir en su estrategia de ´batasunización´ de quienes han decidido plantar cara en las calles al derrocamiento del Estado del Bienestar. Es necesario que el caso de Alfon se instale en el debate político nacional e internacional. Y muy necesario que lo haga de la mano del PSOE. 

 El joven de 21 años se encuentra encarcelado sin que se haya demostrado la comisión de ningún delito. Pero es que, aunque así fuera, por sus circunstancias personales, sin antecedentes penales, con trabajo estable y arraigo social y familiar, debería estar, en todo caso, en libertad condicional, con los controles periódicos que el juzgado hubiese considerado necesario, y pendiente de juicio. 

Ayer mismo, un amigo agente de la Policía Nacional se sonreía comentando conmigo el caso de Alfon. Me decía: “¿Tú sabes cuántas veces requisamos armas a detenidos en plena comisión de un delito y con un amplio historial delictivo, y cuando los llevamos al Juzgado salen en cuestión de horas? Acusados y pendientes de juicio, pero libres”. 

Los pequeños detalles de esta historia te ponen (a mí, al menos) los pelos de punta. Alfon se encuentra en un régimen carcelario propio de los más sanguinarios presos por terrorismo o de capos de grandes cárteles de la droga.

Tiene restringidas las comunicaciones. Se le ha trasladado de módulo, alejándolo de otros presos de su misma edad y ubicándolo con otros que se la doblan y que cumplen largas condenas por graves delitos. Hasta se le ha negado el derecho a disponer de los libros de temas políticos (sí, de izquierdas; incluso radicalmente de izquierdas) a cuya lectura Alfon es muy aficionado. ¿En el nuevo régimenneocon del Partido Popular decide el Gobierno qué libros pueden leer los internos en las prisiones españolas?

El ‘secuestro legal’ de Alfon es un escándalo social y político. Pero mientras los grandes medios de comunicación y el principal partido de la oposición guarden silencio, el Gobierno podrá seguir en su estrategia de batasunización de quienes han decidido plantar cara en las calles al derrocamiento del Estado del Bienestar. 

Y podrá seguir amedrentando a los ciudadanos. Porque el silencio -que no pocos consideran cómplice- no evita que los hechos sean de dominio público, sobre todo en la era de las redes sociales. Una situación ideal que viene al Gobierno como anillo al dedo. Podrá exhibir con una mano que sus desmanes sólo son contestados por una minoría radical e ideológicamente bien localizada, y cerrar la otra alrededor del cuello del Estado de Derecho, advirtiendo así a miles de personas de qué les puede ocurrir si persisten en su actitud de protesta y defensa de los derechos que el PP se ha propuesto arrebatarles.

Ya no basta con firmar un manifiesto casi a escondidas y luego negarse a salir en una foto junto a otros diputados elegidos democráticamente, por no se sabe bien qué prurito deslegitimador impropio de un partido de izquierdas que, con actos como ese, no hace más que mostrarse temeroso ante la derecha más reaccionaria que España pueda recordar desde la muerte del dictador Franco.

Hay que subir a los estrados del Congreso, del Senado, y del Parlamento Europeo y condenar el estado policial del Partido Popular. Comprometerse con reformas legales que defiendan a los ciudadanos ante los abusos de personas como Cristina Cifuentes e Ignacio Cosidó. Con la defensa de las personas injusta (y, con mucha seguridad, ilegalmente) perseguidas, detenidas, sancionadas y hasta encarceladas, como el joven Alfon. 

Si me apuran, incluso hay que adquirir el compromiso público de que el Estado pedirá perdón a estas personas cuando el PSOE vuelva a gobernar, resarciéndoles legal y socialmente, y devolviendo el dinero que les haya sido incautado en las sanciones impuestas, o gastado en la defensa de sus derechos conculcados. También hay que garantizar que se devolverá a los españoles el Estado de Derecho que hoy, con el silencio o la queja sotto voce del principal partido de la Oposición (y los grandes medios de comunicación), está en peligro.

Como socialista que soy, pido al PSOE que eleve la voz sobre este caso. Que presione para que Alfon salga de la cárcel y sea tratado con todas las garantías procesales para él y para el resto de la Ciudadanía. 

Si es culpable, que la Justicia lo dicte. Si es inocente, también. Pero que cese la tortura.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Movilización ciudadana a nivel internacional para reclamar la libertad del joven Alfon

"Voy a luchar por mi hijo hasta morir. Mi hijo no ha hecho nada. Mi hijo es inocente". Es el mensaje que Elena Ortega, la madre de Alfon, escribió el pasado jueves en Twitter tras pasar cuatro horas con su hijo en el primer encuentro ´vis a vis´ que se le ha permitido tras más de un mes de encarcelamiento. Acusado de graves delitos que cada vez menos gente duda que el joven vallecano no cometió. El próximo día 28, una movilización a nivel internacional exigirá su inmediata puesta en libertad.

Movilización ciudadana a nivel internacional para reclamar la libertad del joven Alfon Sí, en Vallecas también se celebra la Navidad. Aunque serán muchos los que en el madrileño barrio de mayoría social de izquierdas y clase trabajadora estén esperando, no el segundo advenimiento de Jesucristo, sino el regreso de Alfonso Fernández Ortega, el joven de 21 años que permanece encarcelado desde que el 14 de Noviembre, en las primeras horas de la mañana de la última (por el momento) Huelga General, la Policía le detuviera a escasos metros de su casa mientras paseaba a su perro antes de dirigirse a formar parte de un piquete informativo junto a su familia.

Será una noche muy dura -una más- para Elena Ortega, la madre de Alfon, para toda su familia, para sus amigos y para sus vecinos. Porque, como ya hemos contado en Diario Progresista, nadie de los que le conocen puede creerse que el único encarcelado por participar en la jornada europea de protestas del aquel 14 de Noviembre llevara encima los explosivos que la Policía asegura haber encontrado en su poder; mucho menos que pudiera tener alguna intención de hacer uso de material semejante. Tanto Alfon como su novia -en libertad y acusada de los mismos delitos-, como las personas que conocen de cerca el caso, no paran de repetir que en el momento de ser identificados alguien pasó corriendo a su lado y dejó caer una bolsa con los elementos que se les atribuyen como propios. Y que uno de los agentes le dijo, “este paquete te lo vas a comer tú”.
Puede sonar a excusa, es comprensible. Pero el hecho de que, como el propio fiscal admite, la bolsa en cuestión carezca de huellas dactilares y ninguno de los dos jóvenes llevara guantes, ya es motivo para considerar que la acusación no se sostiene lo suficiente como para que un joven de 21 años, sin antecedentes penales, con trabajo y familia estable, lleve más de un mes recluido en la cárcel de Soto del Real en el mismo régimen aplicado a los presos por terrorismo. En un sistema judicial en el que, como es lógico en un Estado de Derecho, la comisión de un delito debe ser probada, esa ausencia de huellas no sólo debilita la acusación, sino que más parece una prueba de que, efectivamente, el supuesto material explosivo no había estado previamente en poder de Alfon.
Hay antecedentes de dudosos hallazgos policiales. A Ainhoa Cortés y Gabriel Jiménez, detenidos durante la violenta acción policial del pasado 25 de Septiembre en las cercanías del Congreso de los Diputados, se les “encontró” seis piedras, tres a cada uno, en las mochilas que llevaban aquel día. Así se lo contaba Ainhoa a la periodista Olga Rodríguez en eldiario.es. “En mi caso empezaron a hacer ´inventario´ de las cosas que llevaba en mi mochila. Les dije lo que llevaba, me preguntaron si llevaba armas, yo evidentemente dije que no, y entonces entra un poli y dice: ‘Esta es la que tiene piedras’. Y entonces yo, que estaba abriendo la mochila para mostrarles qué tenía, veo tres piedras. Tiro inmediatamente la mochila en un acto reflejo y me quedo flipada. Me callé. No supe decir más. Otro detenido me contó que un poli fuera dijo: ‘Mira la vasquita lo que tenía’. El relato de Gabriel también da que pensar: “Empezaron a sacar mis pertenencias e iban apuntando lo que sacaban. ´¿Qué tienes en la mochila?´, me preguntaron. Yo les dije: un cargador, una batería que siempre llevo de repuesto, unos cascos. Entonces abro la mochila y veo tres piedras. (…) Al ver eso dije: ´Vaya tela´. Resoplé, me dio la risa pero de la angustia, y tardé un poco en reaccionar, parecía una pesadilla. Luego dije: Tres piedras que no estaban ahí antes. Pero no podía escucharles, me quedé en blanco. Entonces me pusieron un boli en la mano, me acercaron a un papel, y me dijeron: ¿Quieres firmar?, mientras tapaban la letra pequeña de la hoja. “Voy a leerlo antes”, dije. “¿Firmas o no? Aquí no estás para leer”, contestaron. Y no firmé. Menos mal”.
A pesar de carecer de antecedentes penales, Alfonso Fernández Ortega no era un desconocido para la Policía. En una ocasión, unos agentes ya le habían pedido que se identificara tras protagonizar con sus compañeros algunas de las acciones por las que los bukaneros están en el punto de mira de la Delegación del Gobierno de Madrid.

Como aquella en la que exhibieron ante las cámaras de televisión una pancarta que rezaba, con motivo de las manifestaciones de la Coordinadora25s, “1.400 policías en el Congreso y tu marido sigue fugado. Cifuentes dimisión”, en alusión a cierta citación judicial que en diversos foros se asegura que no se ha podido entregar al cónyuge de la mediática Delegada del Gobierno por encontrarse en “paradero desconocido”. El día que le pidieron la documentación a Alfonso, el joven se permitió el lujo de ejercer su derecho a hacer lo propio, y solicitar a los agentes que se acreditaran debidamente, pues no portaban el número de identificación que las leyes exigen que lleven en todo momento. Ese día, aseguran sus compañeros, quedó señalado.
Nadie sabe por qué motivo la Policía había decidido hacer identificaciones aquel 14 de Noviembre en la puerta del domicilio de Alfonso, pero todos en Vallecas conocen bien qué pasó después.
UN MES ENCARCELADO COMO PRESO ‘FIES’
Como también hemos contado en Diario Progresista, el juzgado correspondiente decretó el ingreso en prisión incondicional de Alfon, en atención a la supuesta “alarma social” que supondría su permanencia en libertad. El argumento fue tan poco consistente que el propio juzgado se vio obligado a cambiarlo por el de un supuesto “riesgo de fuga”. A nadie en este país se le escapa, por poner un ejemplo, cuántos acusados de graves delitos de corrupción política o empresarial no están en prisión al no observar los jueces riesgo de fuga, dado que cuentan con trabajo estable y arraigo social y familiar. Curiosamente las mismas condiciones que cumple Alfonso Fernández, pero que en su caso no han sido tenidas en cuenta, por lo que continúa encarcelado.
Elena Ortega, su madre, cuenta que los primeros días que pasó preso, Alfonso podía telefonearles con cierta regularidad, casi todos los días. También les escribía al menos dos veces por semana. En sus conversaciones y en sus cartas, intervenidas desde el primer momento, el joven contaba que sabía “por qué estaba allí”, en Soto del Real, y que se consideraba un cabeza de turco. A pesar de eso se mostraba animado, practicaba actividades deportivas para “liberar la tensión” y el contacto con su familia, las llamadas, las cartas y las visitas de su madre, le hacían sentirse apoyado. Había hecho buenas migas, además, con su compañero de celda y otros jóvenes presos en el módulo que se encontraba.
Sin embargo, sin que se sepa muy bien por qué motivo, se decidió cambiar su estatus dentro de la prisión y pasó a ser considerado FIES de nivel 5. A estos presos se les graba todas las llamadas telefónicas y las comunicaciones con las visitas que reciba, se les fotocopia toda la correspondencia entrante y saliente, se les observa y anota diariamente por parte de los funcionarios del módulo todas las actividades que realizan (compañeros, paseos, lecturas, destino, etc.), se les controla la comunicaciones con sus abogados, se les restringe, se les cambia continuamente de celda.

Asimismo pueden ser trasladados de centro penitenciario sin tener en cuenta la vinculación familiar a una ciudad determinada, tienen dificultad para realizar trabajos y se les aplica intencionadamente demoras para lograr permisos de salida. En caso de ser condenados no se les aplica la Libertad Condicional a las dos terceras partes de la condena como correspondería por su buen comportamiento y la ausencia de expedientes, sino a las tres cuartas partes. También se les practican continuos cacheos y registro de sus celdas. En el caso de Alfon, sorprendentemente, y sin qué tampoco se sepa atendiendo a qué criterio, le ha sido prohibido también poder disponer de los libros sobre temas políticos a cuya lectura es aficionado.
Alfonso es fuerte, comenta su madre, pero su ánimo no es el mismo todos los días. La última vez que habló con él por teléfono antes de su primer contacto vis a vis el pasado jueves -y también de su primer abrazo tras tantos días privado de libertad-, el joven se vino abajo y se echó a llorar. Elena también es fuerte. Su carácter reivindicativo y combativo contra las injusticias sociales es reconocido por todos los que la conocen. Pero ese día también estuvo a punto de venirse abajo. “Hoy he tenido la impresión de hablar con mi hijo cuando tenía diez años, y se me rompía el alma oyéndole llorar”.

Cuando el jueves por fin pudo abrazarle recuperó un poco la tranquilidad. Alfon parece haber recuperado la entereza tras un momento de bajón, pero acusa, cómo no, los días que lleva recluido, que se van haciendo más interminables.
El cambio de módulo decretado por la dirección de la prisión persigue ese objetivo, en opinión de Elena. Ha sido cambiado varias veces a lo largo de los últimos días, y eso le ha afectado, ya que, “dentro la desgracia que supone estar en prisión, al menos había logrado echarse amigos, también jóvenes”, se lamenta. “Tenía ya gente con la que se sentía un poco arropado, incluso me contaba que estaba a gusto con su compañero de celda, pero, además, ayer le volvieron a cambiar. ¿Qué condiciones de encarcelamiento son estas?”, se preguntaba en una entrevista en La Marea. Alfon está ahora en un módulo con presos mucho mayores que él y que cumplen largas penas por graves delitos.
En estos momentos, el objetivo de su abogado, Erlantz Ibarrondo, es lograr que se le levante la prisión preventiva hasta que se celebre el juicio, ya que no existe, según alega, riesgo de fuga, debido al arraigo social, laboral y familiar del que disfruta Alfon.
SOSPECHAS DE INTERVENCIÓN TELÉFONICA A LA FAMILIA
Fuera de Soto del Real sí que hay muchas personas que sienten “alarma social”. Los amigos y compañeros de Alfon que le enviaron cartas de apoyo al centro penitenciario han recibido visitas de la Policía y han sido identificados. El propio domicilio familiar del joven fue registrado por orden judicial por Policías que ocultaban sus rostros con capuchas. Lo mismo que la sede de Bukaneros. Ni en un sitio ni en otro los agentes encontraron nada que pudiera incriminatorio, realmente, ni unos ni otros saben qué pretendían encontrar.
Además, Elena Ortega, aún no ha salido de su asombro por un suceso reciente. Hace pocos días estaba prevista una reunión con Cristina Cifuentes en la Delegación del Gobierno de Madrid, a la que iba asistir con el diputado autonómico de Izquierda Unida Mauricio Valiente, y la concejala de la misma formación política en el Ayuntamiento de la capital, Milagros Hernández.

En vísperas de la reunión, Elena les comunicó telefónicamente que, debido a su estado de ánimo, prefería no acudir a la reunión, pues no sabía qué reacción podría tener cuando se encontrara frente a frente con la que considera responsable del calvario por el que está pasado su hijo. No tomaron una decisión definitiva y acordaron mantener el secreto sobre si asistiría o no a la cita. Al día siguiente, la Delegación del Gobierno llamó a Valiente y les comunicó que se cancelaba la reunión “por motivos de agenda”. Sin embargo, Cifuentes escribió en su cuenta de Twitter que si Elena no pensaba asistir, la cita no tenía sentido. La sorpresa fue mayúscula, pues nadie tenía conocimiento de las dudas de Elena sobre si asistir o no. Las únicas tres personas que sí lo sabían aseguran no haberlo comentado con nadie. ¿Cómo supo Cifuentes que la madre de Alfon podía no acudir a la cita? La sospecha de que la familia Fernández Ortega tiene intervenidos sus teléfonos estaba encima de la mesa desde que el joven fue detenido. Ahora es casi una convicción.
MOVILIZACIÓN CIUDADANA
Prácticamente desde el mismo día de detención, los actos de apoyo a Alfonso Fernández no han dejado de producirse. En su barrio de Vallecas es fácil coincidir cualquier día con concentraciones o con personas que piden firmas a favor del joven. La Delegación del Gobierno también ha sido testigo de cómo se desarrollaban actos en su puerta. Paralelamente,s  ehan constuidos diversas Plataformas de Apoyo y una Madres contra la Represión, impulsada por Elena Ortega, con la que pretende unificar la defensa de todos los jóvenes detenidos, ageredidos y acusados por la Policía tras participar en actos de protesta contra las políticas del Partido Popular.
Ante todo lo que está pasando y las circunstancias que rodean el caso de Alfon, cada vez son más las voces que reclaman una solución. La idea de que se trata de un ‘preso político’ en la España democrática y europea, y de que el Gobierno utiliza al joven para “meter el miedo” a otros jóvenes reivindicativos como él de que puede ocurrirles lo mismo si participan en actos de protesta contra el Gobierno del Partido Popular, está cada vez más extendida. Así lo manifestaron en el Congreso de los Diputados y varios parlamentos autonómicos los diputados de Izquierda Unida el pasado jueves. Ese mismo día, varios diputados de la izquierda parlamentaria se sumaron a la lectura de un nuevo manifiesto por parte de la madre de Alfon. Estaban, por parte de Izquierda Plural, Cayo Lara, Gaspar Llamazares, José Luis Centella, Ascensión de las Heras, Ricardo Sixto, Joan Josep Nuet y Chesús Yuste; de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo, Iker Urbina y Sabin de la Cuadra; de ERC, Joan Tardà y Teresa Jordà; y por Compromís, Joan Baldoví. Según explicó la madre de Alfon, el texto también estaba respaldado por el diputado del PNV Emilio Olabarria, la portavoz de Geroa Bai, Uxue Barkos, los del BNG y el parlamentario socialista, Valeriano Gómez, aunque el exministro no participó en el acto público para no salir en la foto con el diputado de Amaiur.
No son pocos en Vallecas, entre ellos muchos militantes del partido socialista, como ha podido constatar este redactor, los que lamentan que el PSOE mantenga la que consideran una “actitud tibia”. Incluso circula por Internet una petición de la plataforma Change.org para que Tomás Gómez interpele al Gobierno en la Cámara Alta, dada su condición de Senador por Madrid, pero hasta la fecha el líder de los socialistas madrileños no se ha pronunciado sobre el caso, al menos públicamente. Manuela Navarro, la vecina de Vallecas promotora de la petición, asegura que ha dirigido esta a Tomás Gómez porque Izquierda Unida de Madrid carece de representación en el Senado, y considera necesario que el caso de Alfon se instale en el debate político nacional de manos de la izquierda. Tampoco ningún miembro de la dirección federal del PSOE se ha manifestado públicamente al respecto, aunque si ha habido algunas manifestaciones en las redes sociales de algunos cargos públicos, entre ellos, el diputado donostiarra Odón Elorza.
Dentro y fuera de Vallecas, de Madrid, incluso de España, el caso sí que está teniendo cada vez más repercusión. Las pancartas, pintadas y murales alusivos empiezan a verse por toda España. El próximo día 28 está convocada una concentración estatal y europea en las puertas de las Delegaciones y Subdelegaciones del Gobierno de toda España, y en las de las embajadas españolas. En estas se hará entrega de cartas dirigidas a cada Embajador solicitando para Alfon que “se garantice su integridad física y ética, el respeto a los derechos humanos…  y transmita a su gobierno nuestra petición de  libertad  para Alfonso y la absolución de todos los detenidos del 14N”.
En Madrid, la cita será a las 19.00 horas en la Puerta del Sol. Se pedirá la libertad de Alfonso y la retirada de los cargos contra él. O, en todo caso, la rápida celebración de un juicio justo. Si aún hay Justicia en España, todos los que conocen a Alfonso están convencidos de que sería absuelto de todos los cargos.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Elena Ortega: "Le pido a Cristina Cifuentes que recapacite sobre lo que le está haciendo a mi hijo"

Elena, la madre de Alfonso pide sensatez a los jueces y un poco de humanidad a la Delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, a la que responsabiliza del que cada vez hay más gente convencida que se trata de un montaje policial para criminalizar las protestas ciudadanas. Lleva un mes en la cárcel de Soto del Real, primero por una inconsistente "alarma social" transmutada ahora en "riesgo de fuga". En Vallecas, todos esperan que sea liberado y muy pocos -o nadie- dudan de su inocencia.

Elena Ortega: "Le pido a Cristina Cifuentes que recapacite sobre lo que le está haciendo a mi hijo"El caso de Alfonso Fernández Ortega tiene muy enfadados a los vecinos del madrileño barrio de Vallecas. Todos allí coinciden en que Alfon, como se le conoce, es un buen chico de 21 años, con trabajo estable, algo poco habitual en esta España de la crisis, sin antecedentes penales ni historial previo de detenciones que pudiera definirlo como alguien problemático. Pero es además un chico consciente de la realidad y comprometido con el entorno que le rodea y las personas que lo conforman. Educado en una familia trabajadora cercana a los movimientos políticos y sindicales, vivió sus primeras manifestaciones subido a los hombros de su padre, y palabras como solidaridad y reivindicación forman parte de su primer vocabulario.

Como buen joven de su barrio, es aficionado al fútbol y suele  acudir a los partidos del Rayo Vallecano, donde ha participado en alguna acción reivindicativa y crítica con el Gobierno, como aquella en la que sacaron una pancarta denunciando que el marido de la mismísima Cristina Cifuentes, la Delegada del Gobierno en Madrid y, por tanto, la jefa de la Policía,  se encuentra “en paradero desconocido”. Cifuentes se ha ganado un puesto de honor en el “star system” del actual Gobierno del PP por su particular manera de abordar el inmenso malestar ciudadano que las medidas de Rajoy y su Gabinete están causando, y que la Delegada se ha empeñado en convertir en una cuestión de orden público. La violenta represión de las manifestaciones convocadas por la Coordinadora 25s, la bochornosa actuación policial en la Estación de Atocha o el envío de sanciones a manifestantes identificados cuando acudían a actos de protesta -sin olvidar el ya mundialmente famoso “que soy compañero, coño”-  han despertado todo tipo de sospechas sobre el uso que Cifuentes hace de las fuerzas de orden público.
Las mismas que la mañana del 14N “le encontraron” a Alfon material explosivo en la mochila que llevaba cuando, acompañado de su novia (también detenida y acusada de los mismo delitos, aunque no haya sido, afortunadamente, encarcelada), se dirigía a participar en los piquetes informativos de la última Huelga General. La gasolina que, según la Delegación del Gobierno, estaría destinada a no se sabe qué tipo de atentado, no tenía, como el propio fiscal que lleva el caso admite, huellas que incriminaran al joven, que, por cierto, no llevaba guantes encima. Alfon repite una vez que él no llevaba ese material en su mochila, que se lo pusieron. Pero la jueza que lleva el caso consideró que el vallecano de 21 años no podía permanecer en libertad por la alarma social que ello generaría. Poco después se vio obligada a reconocer que el argumento carecía de consistencia, y decidió cambiar este por un presunto riesgo de fuga que, por las propias circunstancias del chaval, con trabajo, familia estable y sin antecedentes, pocos juristas pueden entender. Además, se encuentra en un severo régimen de aislamiento, el conocido cómo FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento), y tiene muy limitados los contactos con el exterior y la recepción de visitas. Régimen que en los últimos días ha sido agravado a un nivel superior, lo que, además, ha reducido su derecho a llamar a su familia una vez por semana. Hasta ahora, Alfon ha llevado con estoicismo lo que le está pasando. Se considera un cabeza de turco y que le están utilizando para amedrentar a la ciudadanía, para que la gente tema manifestarse y que le pueda pasar lo mismo que a él. Pero un mes de cárcel es mucho para un joven que nunca se ha visto envuelto en ningún hecho delictivo, y sus fuerzas empiezan a flaquear. Acusa síntomas de ansiedad, y su familia amigos están muy preocupados por él.
En consecuencia, cada vez son más las voces que se están uniendo para reclamar la libertad de Alfon, al que las plataformas de apoyo que se han creado consideran un “preso político” en un estado democrático. El sábado se concentraron ante la Delegación del Gobierno en Madrid, y tienen previstas más movilizaciones hasta conseguir que el chico vuelva a su casa de Vallecas, con su familia y sus amigos de siempre. Ese día consiguieron que los ´hashtag´#1messinAlfon y #AlfonLibertad se conviertieran en ´trending toipic´ en la redTwitter. En pocos días harán una marcha hasta Soto del Real, desde donde seguramente Alfon no podrá ver a la gente que le apoya y que le quiere, pero sabrá que están ahí cuando su madre entre a verle los pocos minutos de contacto que le permiten cada semana. Diario Progresista conversó con ella después de su última visita.
Diario Progresista.- ¿Cómo está Alfonso?
Elena Ortega.- Un mes es muy largo allí dentro. No nos podemos hacer una idea de lo largo que es un mes en la cárcel. Mi hijo dice que tiene mucha ansiedad, y le he dicho que vaya la enfermería y pida algo; pero no quiere que le empastillen y se dedica a hacer deporte durante una o dos horas al día. Y la última noticia de hoy [por el sábado] es que le han cortado totalmente las comunicaciones. Desde el miércoles no nos llamaba por teléfono, y es por eso.
dP.- ¿Y han dado alguna justificación para tomar esa medida?
EO.- No, ninguna. Él está en un FIES y se trata de presión, presión y presión. Yo se lo he dicho. “Alfonso te están torturando psicológicamente. Ten cuidado y calma, hijo. Respira, cálmate a ti mismo continuamente porque no puedes saltar. Eso es lo que quieren”.

d
P.- Lo cierto es que las acusaciones que pesan sobre Alfon son muy graves. Según la Policía, tu hijo llevaba explosivos en una mochila, aunque el propio fiscal mantiene sus dudas ya que no se hallaron huellas en estos ni guantes en su poder. Como se están poniendo las cosas en este país, hay muchas sospechas de que tu hijo se ha convertido en una cabeza de turco dentro de la estrategia del Gobierno de criminalizar las protestas contra sus políticas.

EO.- Hoy mismo me lo ha vuelto a repetir él. Cuando hablamos ambos comprendemos lo que está pasando y por qué está pasando. Hoy me ha hecho un gesto así, con la cabeza, y me ha dicho: “ya, si puedo comprender  todo lo que quieras, pero el que está aquí comiéndose un marrón increíble soy yo.”

dP.- Elena, para que quede claro. ¿Alfonso es un alborotador?

EO.- No. Es cierto que participa en manifestaciones. Va al campo de fútbol y saca pancartas. Desde muy pequeño viene con nosotros a manifestaciones. De hecho siempre vamos juntos toda la familia. El día que le detuvieron también íbamos a ir juntos, como siempre. Él va también con sus amigos jóvenes de Vallecas, y el problema es que a los jóvenes de Vallecas los están señalando.

d
P.-Me consta que es una juventud muy concienciada y reivindicativa.

EO.- Lo son. Y tienen capacidad de acción y organización…. Y saben utilizarla. Se organizan en un momento, te hacen una pancarta, te sacan un comunicado, folletos… Saben dónde y cuándo tiene que estar. No te puedes creer la capacidad que tienen. ¡Ya la quisieran muchos partidos políticos! Y además se autofinancian con las actividades que organizan, conciertos y tal… Todo. Sin subvenciones, porque no han recibido nunca una ayuda para sus actividades.

dP.-Y casi me atrevo a decirte que no las van a tener.

EO.- Esto tiene una traducción muy clara. Precisamente por eso. Este tipo de movimientos que no son controlables, porque no son partidos políticos concretos, ni nadie que reciba una subvención, se les van de las manos, y eso es lo que quieren atajar como sea. Para que no haya respuesta ciudadana a todo lo que nos están haciendo, y sobre todo de la juventud. Y eso les quema. Por eso le digo a mi hijo, “Alfonso, tú entiendes lo que están pasando, afortunadamente”. El esquema es ideológico. Hay que parar a la gente en la calle, y hay que procurar que la gente no salga para que trague con todas las medidas que nos están imponiendo desde los mercados. Es que ni los gobiernos deberían estar tragando estas medidas, dentro de una lógica en la que los Gobiernos representan al Pueblo.

dP.- Me dices que Alfonso está acostumbrado a participar en acciones de protesta ciudadana y está comprometido con los movimientos sociales de su barrio por la propia educación que ha recibido en casa, que tú misma defines como política y reivindicativa.

EO.- Es que desde muy pequeñito ha ido a hombros de sus padres a las manifestaciones.

dP.- ¿Y crees que el hecho de formar parte de una familia conocida por ese carácter reivindicativo, a la que todos conocen en el barrio, y su propia participación con los jóvenes vallecanos hayan podido ser una conjunción para ir a por él? Vamos, ¿Que si piensas que fue ‘elegido’ para hacer de ‘cabeza de turco’?

EO.- Sí, creo que sí. Pero no ha sido sólo él. Creo que ese día él fue una presa fácil porque salió solo de casa con la novia. Mucha gente me lo dice, si hubiese ido con veinte más… Pero es que de casa no se suele salir acompañado.

d
P.- Aseguráis que las personas que apoyan a Alfon también están siendo sometidas a presión por parte de la Policía.

EO.- En sus trabajos, en sus casa… Si es que te cuentan cómo les persiguen los secretas por la calle. Pero que nadie se piense que esto es de ahora. Que no se piense la gente que esto es de hace un mes. Esto lleva pasando mucho tiempo. Lo que pasa es que hasta que no te toca, no eres consciente de ello.

dP.- Como respuesta estáis organizando un grupo que habéis llamado Madres contra la Represión.

EO.- Es que ya somos muchas las madres que vemos cómo nuestros hijos sufren eso, la persecución, la represión, el señalamiento… El abuso de pegarles palizas y que encima sean acusados de atentado a la autoridad y que les pidan cárcel, incluso después de haber acabado en el hospital. Tenemos muchos casos de esos.

dP.- Me estás haciendo el relato de un estado policial.

EO.- Hay otra palabra, y es fascismo.

dP.- ¿Temes que Alfonso pueda ser condenado?

EO.- Pues viendo cómo se están se están endureciendo las medidas, puede pasar cualquier cosa. Por ejemplo, hay una manifestación en Vallecas el día 19 en defensa de la sanidad y la han prohibido. Están empezando a prohibir las concentraciones y las manifestaciones. Y eso es algo que yo pienso, que cuando la escalada represiva empieza para que traguemos, que es lo que están haciendo, pues va a más. Eso por ejemplo, Izquierda Unida lo está entendiendo perfectamente, porque están a mi lado constantemente y diciendo, “coño, es que somos los siguientes”.

dP.- Eso te quería preguntar también ¿qué respuesta estáis encontrando en los partidos políticos?

EO.- Los partidos pequeñitos y sindicatos más pequeños han estado a nuestro lado desde el principio. Todo lo que es la izquierda a partir de Izquierda Unida está a nuestro lado con comunicados, yendo a las manifestaciones… Están ahí. Hoy por ejemplo han estado con nosotros la gente del Frente Cívico, que me ha dejado sus datos porque quieren ayudar. Lo llevan haciendo desde el principio. La página de Anguita está difundiendo todo desde el principio. Y hoy han venido representantes del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), que han cogido un avión para estar en la concentración y se volvían de nuevo a Andalucía.  Me han dicho que han venido porque ellos entienden de esto, que tienen medio millón de euros en multas y mucha gente en busca y captura. Así que la gente que está padeciendo esto se está solidarizando con nosotros, y está apareciendo gente de Asturias, de Galicia…

dP.- ¿Tenéis alguna previsión de cuándo podría quedar tu hijo en libertad?

EO.- Lo tiene que resolver la jueza en cuestión de semanas. Yo al menos, espero que haya una respuesta en cuestión de dos semanas o tres.

 dP.- La siguiente acción de apoyo será la marcha a Soto del Real que la Delegación del Gobierno ha impedido este fin de semana pasado.

EO.- Sí. Decidimos desconvocarla porque no nos dieron la autorización por una cuestión de plazos, ya que el mínimo son diez días y la anunciamos con sólo nueve. Bueno, lo aceptamos.

dP.- Elena, como madre, ¿qué le pides a los estamentos judiciales y gubernamentales?

EO.- A los jueces les pido sentido común, que no hagan más víctima a mi hijo y no lo conviertan en lo que no es. Porque víctima sí que está siendo, pero mi hijo no es una mala persona y ni ha hecho ni hará nunca lo que se pretende decir que ha hecho o que podía hacer.  Y a Cristina Cifuentes le diría que se ponga en mi lugar. Si es madre, que recapacite y piense en lo que le está haciendo a una familia, separándonos de él como lo está haciendo y criminalizándolo como lo está criminalizando.  Si sólo tiene 21 años, no le ha dado tiempo a hacer nada en la vida.