Publicado en Liverdades
A Juan Andrés Benítez lo mataron los Mossos d'Esquadra que
le propinaron una brutal paliza que todos hemos tenido y tenemos oportunidad de
ver, pues los vídeos que lo atestiguan están disponibles en multitud de medios
de comunicación y en las redes sociales. De no haber mediado tan desmesurada
intervención policial, Juan Andrés estaría vivo. Es un hecho que está fuera de
toda discusión.
Los responsables de su
muerte, que han reconocido un delito de homicidio por el que han sido
condenados ocasionaron a Juan Andrés, además de su muerte, lesiones
consistentes concretamente en fractura de incisivo superior izquierdo, pieza21.
Hematoma en mucosa de los dos labios y herida contusa en el inferior. Fractura
y hematoma nasal con hemorragia. Hematoma malar izquierdo con varias
equimosislineales. Herida contusa ciliar izquierda de 2'5 centímetros y malar
izquierda de 2 centímetros. Hematoma en pabellón auricular izquierdo. Hematoma
preorbitario derecha y frontal derecha. Hematoma malar derecho con fractura. Erosión
lineal de 3'5 centímetros paraesternal derecha a cinco centímetros de la mama
derecha. Fractura abierta en el quinto metacarpiano derecho con importante equimosis
en cara posterior de la mano. Dos equimosis digitales en cara interna del brazo
izquierdo y equimosis no figurada en la cara interna del derecho. Ocho
equimosis, varias de ellas digitales, en el cantón cubital del antebrazo
izquierdo. Equimosis pretibial izquierda y excoriación pretibial derecha. Erosión
de 11 centímetros lumbar derecha. Equimosis en forma de C en cara externa de la
rodilla izquierda. Cabe destacar el hallazgo de 425 centímetros cúbicos sangre
en el estómago de la víctima.
Los agentes de la Policía
Autonómica - Mossos d'Esquadra condenados, provocaron a Juan Andrés Benítez un
estado de estrés que, unido a los golpes, puñetazos, rodillazos y patadas
diversas que le propinaron, y el uso de porra en posición horizontal, llevaron
al joven empresario de El Raval barcelonés a un estado de inconsciencia y a una
situación de parada cardio respiratoria. A pesar del estado en el que se encontraba,
Juan Andrés fue introducido por los agentes
condenados en el vehículo policial, enmanillado y con los pies sujetos a
las manos por la espalda, en lo que un testigo presencial describió “como si
fuera un cerdo”.
Se da la circunstancia de
que aunque una ambulancia del SEM de Asistencia Básica, que fue comisionada a
las 22'30 horas, se encontraba en el lugar de los hechos desde el inicio de la contención,
no se requirió por parte de los agentes de la Policía Autonómica - Mossos
D'Esquadra la intervención de sus técnicos para asistir a Juan Andrés hasta que
este, enmanillado y con los pies sujetos a las manos por atrás, fue conducido
al interior del vehículo policial, encontrándose inerte.
Solo cuando los agentes
entendieron, a instancia de los sanitarios, que la vida de Juan Andrés estaba
en peligro, accedieron desatarlo sacarlo a la vía pública, lugar en el que se
practicaron maniobras de reanimación. Ante la gravedad de su estado, los
propios sanitarios requirieron la presencia de otras dos ambulancias del SEM de
nivel avanzada y medicalizada respectivamente, que llegaron a la calle Aurora a
las 22'56 y 22'59 horas aproximadamente, aunque ante el estado en que
presentaba Juan Andrés se dispuso su traslado a Centro Hospitalario a las 23'34
horas del día 6 de octubre de 2013. Poco después, Juan Andrés moría.
Desde su muerte, hemos
tenido que tolerar que las autoridades trataran de quitar importancia a los
hechos sucedidos y se tratara de culpabilizar a Juan Andrés de su propia muerte,
que se difundieran informaciones sobre su condición de seropositivo o si había
consumido cocaína, como si tales circunstancias fueran eximentes, o tuvimos que
soportar la arrogancia de los agentes cuando acudieron al examen toxicológico
ordenado por el Juzgado con el cuerpo totalmente rasurado, para que no fuera
posible tomar muestras de vellos y cabello que descartaran si habían consumido
alguna droga estando de servicio.
Y para colmo y vergüenza
de todos, y a pesar de las pruebas, hemos tenido que ver la bochornosa actuación
de la Fiscalía aceptando un trato con los acusados que, si bien ha permitido,
por fin, dejar establecido con claridad que la muerte de Juan Andrés fue un
homicidio, conlleva penas que evitan la entrada en prisión y que, además, ni
siquiera suponen la expulsión de los agentes que mataron a Juan Andrés del
cuerpo policial autonómico, siquiera un expediente disciplinario.
Un sistema que no protege
a sus ciudadanos y ampara los abusos de sus fuerzas policiales no es un sistema
seguro. Se ha logrado demostrar que a Juan Andrés lo mataron, sí, pero no se ha
hecho Justicia.
PD.- Mi aprecio y
admiración a la plataforma #JusticiaJuanAndrés, y especialmente a Gerado Ariza,
que desde el minuto uno ha luchado y lucha por esclarecer los hechos, por su
constancia y perseverancia en la búsqueda de la verdad y por mantener viva la
memoria de lo sucedido a Juan Andrés. Un ciudadano ejemplar.