A Julián Muñoz, excarcelado por motivos
humanitarios, un smartphone le ha “cazado”, Publico dixit,
bailando sevillanas. Al delincuente Muñoz, al parecer, le han puesto hora de
acostarse, y la opinión pública, también al parecer, tiene derecho a cuestionar
si puede este enfermo o no tomar unas copas con sus amigos, e incluso
marcarse unas sevillanas. En el presente blackmirror en el que
nos han instalado las nuevas tecnologías, en un solo hilo de
Twitter podemos “cazar”, juzgar y condenar todos los comportamientos. Julián
Muñoz volverá a ingresar en prisión por un vídeo en el que, todos
hemos podido verlo, derrocha vitalidad y alegría. ¿O es que no lo han
visto?
Imagen del El Español que demuestra que, en realidad, Muñoz está hecho un chaval, todo salud y vitalidad. |
Ya en julio del año
pasado El Español de Pedro J. Ramírez advertía de la "vidorra" de
Muñoz, al que el digital de nuestro Randolph Hearst patrio había visto
"muy sonriente" ¡comiendo espetos! en el paseo marítimo de San Pedro
"junto a compañía femenina".
Aunque desconozco el caso, debo estar seguro de
que la orden que decretó su libertad tuvo en cuenta y verificó los informes
médicos que le diagnosticaron una grave patología coronaria que apenas le
dejaba respirar. Y que le daba una esperanza de vida entre uno y cinco años.
Muñoz fue liberado hace algo menos de un año y medio. Salir de la cárcel, con
toda probabilidad, le haya supuesto cierta mejoría, quién sabe si el ex alcalde
de Marbella tendrá el mal gusto de agotar los cinco años -tal vez más, que bicho
malo, ya se sabe-, y tratar de vivir de la forma más plácida hasta que llegue ese momento.
Si los informes
médicos eran falsos, ya está tardando la Fiscalía en procesar a sus autores. Y
el CGPJ en abrir expediente al juez o la jueza que se los tragó. Si no lo son,
solo puedo alegrarme de que la medida humanitaria que se aplicó a Julián Muñoz
haya tenido tan buenos efectos en el reo. Se supone que esa es la idea, ¿no?
Las “sevillanas de
Julián Muñoz” dibujan un periodismo justiciero, alarmista y muy exagerado. Y
alimentan deseos de linchamiento. A mí, personalmente, me da mucho miedo.