miércoles, 15 de noviembre de 2017

La Mar de Onuba o 'emprender' sin remedio en el ocaso laboral de los cincuenta

Os juro que hace solo unos días, no tenía ni idea de cómo hacer una página web. Me he pegado casi cinco años editando diariamente el antiguo Diario Progresista. El último año ejerciendo, además, de redactor jefe. Y escribo / he escrito con cierta asiduidad en diversos digitales nacionales como IrisPress, El Obrero, Diario 16, El Socialista o Publicoscopia. Pero siempre me han dado las "cajitas" ya puestas en su sitio y debidamente customizadas para mis necesidades, exigencias a veces, como responsable editorial. Jamás tuve que preocuparme de saber qué un slide, un plugging o un widget. 

Hasta ahora. 

Llevo meses obcecado en sacar adelante una revista impresa. Soy muy del siglo XX para ciertas cosas. La llamo La Mar de Onuba. Es un proyecto que me ilusiona a nivel profesional, ahora que el mercado laboral, cuando más y mejor sé, ha decidido que a mis 51 años no resulto atractivo como un posible agraciado en una selección para un empleo acorde a mi perfil profesional. Llevo 35 años dedicándome a la producción y la comunicación. Y soy bueno; sé que soy bueno. Me he curtido trabajando para objetivos grandes con muy pocos recursos. Y me he dejado la piel en ello. Si miro atrás, creo que me he currado un buen currículo y tengo motivos para sentirme satisfecho con mi desarrollo profesional. Aún así, y a pesar de que en los últimos meses me han llamado mil veces "estómago agradecido" y "socialista paniaguado", lo cierto es que no tengo trabajo estable, y, a día de hoy, no percibo ingreso alguno con cierta regularidad. Por primera vez en muchos años, subsistir ya no depende solo de mis habilidades profesionales. La necesidad me ha reconvertido en emprendedor. Un emprendedor sin recursos. 

El proyecto La Mar de Onuba creo que promete. Pero es lento. Y exige unas inversiones que, por muy ridículas que puedan parecerles a algunos, reunirlas, para mí, en el siglo de cofidíes y geslycos, suponen un mundo. Así que no tengo más remedio que autoprescribirme mucha paciencia y no perder las ganas de seguir practicando el oficio que tanto me gusta y que tanto años he dedicado en aprender. 

Mientras, el pasado fin de semana he conocido, por fin y no sin cierto esfuerzo hasta poder asimilar que tiene su propia jerga, cómo manejar un editor web. Que manda narices que a estas alturas no supiera. El resultado es 'Adelanto Digital', la versión 2.0 de La Mar de Onuba. Espero que me ayudéis a promoverlo mejor y consolidar ese proyecto editorial más ambicioso que ronda por mi cabeza. Si tengo que autoemplearme, qué mejor que hacerlo en lo que creo que sé hacer. Espero que os guste mi publicación, y que me echéis una manita compartiendo este enlace de acceso en vuestras redes sociales, y/o incluyendo algún comentario, a favor, en contra, con reproches o con sugerencias, en las entradas del site. Os quedaré muy agradecido. De verdad. Como ya lo estoy a quienes, con su tiempo y su firma, ya me han ayudado a que este bajel empiece a navegar. En aguas de bajo calado, aún, pero directo a La Mar... de Onuba.

Y ahora si gustáis, pinchad sobre la imagen y conoced 'Adelanto Digital' de La Mar de Onuba. Ah, y si miráis a vuestra derecha, solo un pelín, en esta misma pantalla, veréis un acceso a mi perfil en Linkedin, por si alguna o alguno lleváis un contrato laboral suelto y no sabéis dónde depositarlo. Me lo pido.