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sábado, 17 de febrero de 2018

Una resolución a la altura del PSOE


Nadie habla del importantísimo texto que contiene la Resolución del Comité Federal del PSOE para superar el estancamiento de las clases medias y trabajadoras en España a través de un nuevo Estatuto de los Trabajadores. Ha sido aprobado, también, este 17 de Febrero de 2018 por el Comité Federal del PSOE celebrado en Aranjuez. Un documento necesario, desarrollado por la Secretaría de Empleo que lidera Toni Ferrer, quien fuera todopoderoso secretario de Acción Sindical de UGT, de especial relevancia para los votantes del PSOE de ayer y de hoy.

Ferrer conoce bien el paño laboral de este país. Ha sido  Vicepresidente del Consejo Económico y Social de España. Ha representado a la Unión General del Trabajadores en negociaciones colectivas esenciales. Ha sido miembro del Comité de Diálogo Social de la Unión Europea y del Comité de coordinación de la negociación colectiva de la Confederación Europea de Sindicatos. Y ha sido interlocutor de los trabajadores frente a las organizaciones empresariales y los distintos gobiernos en los procesos de diálogo para las reformas del mercado laboral y de la negociación colectiva. Ha velado siempre por los derechos de los trabajadores.

Del bagaje del Secretario Federal de Empleo sólo cabía esperar un documento acorde a las necesidades reales de las clases medias y trabajadoras, y no ha defraudado en absoluto. El análisis y, sobre todo, las propuestas, el compromiso asumido por el PSOE, condensan en apenas cuatro páginas la esencia del partido socialista. No en vano tanto el PSOE como la UGT tienen en común su origen.

Toni Ferrer
El magnífico texto que Ferrer y su equipo han elaborado para Pedro Sánchez ha quedado diluido en la simpleza de los medios que resumen que el Comité Federal de Aranjuez ha apostado por un proyecto para “consolidar el crecimiento económico, recuperar la igualdad y la regeneración democrática”. Fin de la cita.

La noticia del día es el trueque por el que Sánchez pone en manos de la militancia la exclusividad de cesarle, y a cambio, el mismo Sánchez, tout pour le  peuple, rien par le peuple, aparta a las bases y se reserva para sí mismo la potestad de desautorizar las listas aprobadas por agrupaciones y federaciones, e imponer sus propias preferencias y nombres en las candidaturas electorales.

También el poder para eludir el debate y la contrapropuesta, y sortear al Comité Federal y las federaciones regionales, acorralando decisiones complejas en la simpleza del o el no de las bases. Eso sí, en muy democrático voto individual y secreto.

Pedro Sánchez dispone, pues, de manos libres para administrar a su antojo el PSOE hasta que llegue el momento de evaluar cómo le han ido las cosas a nivel interno y externo. De poner blanco sobre negro si despojar de debate y decisión a los cuadros intermedios, entre ellos el propio Comité Federal, habrá merecido la pena. De verificar si haber dispuesto de libertad absoluta para decidir todas las estrategias y objetivos de los socialistas, habrá permitido a Sánchez llegar al 40 Congreso como Presidente del Gobierno, o, por el contrario, con el PSOE aún en Oposición a la derecha gobernante. Esa circunstancia condicionará los debates, documentos y reglas que surjan del próximo cónclave socialista.

En ese camino, Sánchez está obligado a liderar un proyecto motivador para la ciudadanía -el electorado-, y sortear con éxito a la percepción extendida de que la izquierda ni siquiera insinúa  una alternativa sólida frente a la derecha naranja y azul. Toda  la demoscopia reciente revela una población que hoy no cree en esa alternativa.

Si Sánchez no logra quebrar esa constante común de todas las encuestas, la XIII Legislatura que surja tras las próximas elecciones generales comenzará con el líder socialista estrenando el artículo estrella del reglamento para el #nuevoPSOEmásPSOE aprobado este sábado. El voto individual, secreto y vinculante de la militancia socialista deberá decidir entre el a interponerse entre PP y Ciudadanos (tanto monta, monta tanto) y gobernar el país con uno de los dos. U optar por no es no del que nació el nuevo PSOE.

Hasta el más optimista de los sondeos conocidos estos días advierte que Mariano Rajoy y Albert Rivera  -tanto monta- podrían arrinconar a la Oposición con una rotunda mayoría absoluta en Congreso y Senado. Un tsunami neoliberal que solo podrá impedir la agresiva rivalidad en la que vive la derecha bicéfala. Será un pacto de gobernabilidad con el PSOE el que expulse a uno de los dos, Ciudadanos o PP -monta tanto- del poder ejecutivo. El no es no solo relegaría a la izquierda, por fin unida, a la insignificancia de Telegram y Twitter.

El nuevo PSOE no dispone de mucho tiempo para crear un estado de opinión pública en el que solo los socialistas puedan liderar los múltiples escenarios pos electorales que se avecinan.

Del Comité Federal celebrado este sábado en Aranjuez no hay una sola línea en los medios de comunicación sobre el documento de Toni Ferrer. La información gira en torno a “monumento al cesarismo”, “más poder para Pedro Sánchez” y análisis para todos los gustos sobre el nuevo reglamento -cuyo índice de contenidos ocupa 31 páginas- que ordena lo decidido por el 39 Congreso. Ya veremos si la norma sobrevive al 40. Como lamentó Odón Elorza en un lacónico tweet, los pocos medios que han profundizado en lo sucedido en el Comité Federal han puesto el ojo en las diferencias y fricciones que genera el embate lingüístico que el astuto Rajoy arrojó 24 horas antes del comité a la actualidad política. A cuenta de la  herida del 155, todavía vigente y que supura en buena parte del PSOE. Si algún estratega de Ferraz cuenta con haber pescado o repescado algún voto tras la gestión informativa del Comité Federal de este 17 de febrero, el verdadero monumento debe ser a la incompetencia.

La resolución obrera aprobada este sábado hubiese merecido por parte de la dirección del PSOE el “marco incomparable” de un Comité Federal de carácter extraordinario y monográfico. De la posición y compromisos de los socialistas en materia laboral y de derechos de los trabajadores, emana el tipo de sociedad que el PSOE debe proponer para liderar la España pos Rajoy. Es la piedra angular para que el PSOE regrese victorioso a la arena electoral. En tiempos del viejo PSOE, el preciso análisis y las acertadas "propuestas de mínimos" de Toni Ferrer hubiesen surgido de una Conferencia Política. Documentos como la Resolución para superar el estancamiento de las clases medias y trabajadoras son la mejor vía para recuperar el voto socialista.

Triunfa la épica sobre el proyecto. Pedro Sánchez ha cruzado el Rubicón. Alea jacta est.


viernes, 6 de noviembre de 2015

A vueltas con la Reforma Laboral y la posición de “el PSOE de Pedro Sánchez”

(Publicado en Publiscoscopia.com)

Por más que se empeñen Pedro Sánchez y sus acólitos, la posición del programa electoral del PSOE ante la derogación de la nefasta Reforma Laboral que el PP regaló a los empresarios con su arrolladora mayoría absoluta, no está clara. Y ello está lastrando nuestras posibilidades electorales el 20 de diciembre.

En primer lugar, porque el programa electoral del PSOE no está aún aprobado. Será la Conferencia convocada para dentro de unos días en Madrid -y no Pedro Sánchez ni su Comisión Ejecutiva- la que deberá decidir, democráticamente y por mayoría, la propuesta final del partido al respecto. Y ya sabemos que al menos ocho federaciones, (entre ellas Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Asturias, Castilla y León, Cantabria, La Rioja, Navarra), además de Izquierda Socialista y Juventudes Socialistas, no comparten lo dicho hasta ahora por el Secretario General y candidato a La Moncloa. Aquellas apuestan por una derogación total, incluyendo lo referente al despido y su indemnización, y, Sánchez propone dejar este tema al albur de lo que pudieran pactar patronal y sindicatos en una mesa de negociación.

A ver, seamos sensatos. ¿Es que acaso hay un solo ciudadano que esté dispuesto a creer que los empresarios van a firmar un acuerdo que mejore las condiciones del despido en favor de los Trabajadores? ¿En serio? Por favor, que me lo presenten, si es el caso. Sobre la posición de la patronal no hay ninguna duda. Los empresarios exigen sin disimulo “flexibilizar” más el despido. Luego lo que Pedro Sánchez y su equipo proponen en una partida de ajedrez entre patronal y sindicatos que, en el mejor de los casos, solo puede acabar en tablas. Eso sí, dichas tablas exonerarían al PSOE de la responsabilidad de no haber puesto fin a la más maléfica consecuencia de la Reforma Laboral del PP, trasladando la responsabilidad a los sindicatos, que habrían sido incapaces de llegar a un acuerdo. Vamos, el infame comodín de la “mesa de diálogo” que nos permitiría aparentar estar a bien con Dios y con el Diablo, aunque ello conllevara que no quede claro quién es quién para el PSOE.

Es por ello que la mayoría de los socialistas estamos pidiendo a Pedro Sánchez que el programa electoral del PSOE asuma el compromiso de legislar al respecto y eliminar, sin ambages (“rodeos de palabras o circunloquios”, según la RAE), unas condiciones de despido que el PP no sometió en ningún momento a ninguna mesa de negociación e impuso a los trabajadores. Y después, solo después, será el momento de sentarse todos, Gobierno, patronal y sindicatos, a negociar el texto de un nuevo Estatuto de los Trabajadores. Sin la ventaja regalada del Partido Popular a los empresarios.

El texto final que recoja los compromisos que los socialistas asumimos con el electorado, como decía, debe ser el que democráticamente se apruebe en la Conferencia de Madrid. Hasta ese momento, estaría bien que nuestro líder no dé por sentado que sus preferencias personales son las del partido. Así es la democracia “de abajo a arriba”. No nos divorciemos de ella.