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sábado, 6 de mayo de 2017

Hay partido; hay reto



 Publicado en Iris Pres Magazine

Admitámoslo. Hay partido. Para sorpresa de quienes pensamos que la mejor estrategia era no entrar al trapo de la beligerante campaña que reclama un  ajuste de cuentas a base de reproches, menosprecio e insidias capaces de poner en duda el propio socialismo de los compañeros del partido, lo cierto es que el carácter marrullero, desafiante y peleón de la campaña de Pedro Sánchez ha resultado ser un éxito. Sorprendente. Descorazonador.

Pero cierto.

Los 53.117 avales que la militancia socialista ha dado al dos veces perdedor de unas elecciones generales, y primer candidato rechazado por la Cámara Baja en una Sesión de Investidura, obliga a reflexionar con seriedad el camino que lleva al decisivo 39 Congreso del Partido Socialista Obrero Español.

El 26 de septiembre de 2016, Pedro Sánchez exigió ante los micrófonos de la Cadena Ser un partido socialista “cuya única voz fuera la de su secretario general”. Exigía para sí la última palabra por haber sido elegido en el proceso un militante un voto. Exigía decidir sin cuestionamientos y sin debate, porque el voto directo, en su forma de entender la democracia de partido, inviste caudillos sin derecho a réplica. Reclamó de quienes discrepaban de su opinión callar las propias, y negó el debate tanto a su Ejecutiva como al Comité Federal, al anunciar un plebiscito sobre su persona al que se denominó congreso exprés. A semejante desafío lo llamó, sin ambages, “debate ideológico”. En esta época de nuevas palabras, alumbró la posdemocracia en el PSOE.

Pedro Sánchez pidió a los miembros de su ejecutiva que transmutaran  de vocales a apóstoles. Y la mitad le dijo que no. Dimitieron. Pedro Sánchez lo llamó  “golpe” y se autoproclamó mártir de una conspiración fáctica de los enemigos del socialismo. Cuando unos día más tarde, el Comité Federal del PSOE, democrática, estatutaria y mayoritariamente también le dijo -a él- que no es no, se vio forzado a dimitir como secretario general del PSOE. Sánchez exhibió -con tan notable como sorpresivo éxito- un impostado victimismo que, en solo unas semanas  obró en él el milagro del renacimiento político en cuyos brazos porta las nuevas tablas de la verdadera izquierda.

¿A Pedro Sánchez lo mataron? ¿O Pedro Sánchez se suicidó? Volver a esta cuestión es el innegable éxito de Pedro Sánchez en el primer asalto de estas Primarias. El 39 Congreso está contaminado de rencor y venganza. Algo más de 53.000 avales así lo avalan, valga la redundancia.

Durante estos largos siete meses, Sánchez y sus acólitos han derramado mares de lágrimas de no es no, porfiando que sin la abstención del PSOE, él sería hoy Presidente del Gobierno. Porque Pedro, el renacido, habría alcanzado un pacto para superar -esta vez sí- una segunda Sesión de Investidura. O porque, en el peor de los casos, sostienen, habría salido airoso y con las llaves de La Moncloa tras un tercer envite electoral.


Este miércoles, Luis Ángel Sanz y Francisco Pascual lograron que el escurridizo Sánchez, huido durante meses de los medios de comunicación y refugiado en el plácido, familiar y administrable entorno 2.0 de Twitter, Facebook y YouTube, respondiera las preguntas claves sobre las que sustenta su beligerante campaña por el trono de hierro socialista.

“¿Qué habría pasado si no hubiese sido derrocado, como dice?”, le preguntan los periodistas de El Mundo. Sánchez, gratia plena, responde sin dudar: “¡Habría habido un Gobierno alternativo!”. “¿Con qué apoyos?”, repreguntan -era de cajón- Sanz y Pascual. Y Pedro Sánchez dice: “¡Con Podemos y Ciudadanos!”

“¿Qué le hace pensar eso?”, tercera pregunta de libro de los entrevistadores. Y Sánchez: “Ciudadanos no quería ir a terceras elecciones”. De dónde saca Pedro Sánchez que Ciudadanos hubiera firmado con Podemos antes de ir a terceras elecciones sigue siendo un misterio, pues solo faltó que Rivera explicara en latín su negativa al entonces aún líder  socialista. Añade: “Pablo Iglesias no podía permitirse votar dos veces en contra de un candidato alternativo a Rajoy”. ¿En qué mundo vive Pedro Sánchez? Iglesias -al contrario de lo que argumenta el primer candidato socialista que pierde estrepitosamente dos elecciones generales, no dimite y encima se pide otra- lo que sí que podía permitirse esta vez era apoyar a Pedro Sánchez en la Sesión de Investidura, a sabiendas de que nacía, indubitadamente, fallida. No había votos de Ciudadanos, y Pedro Sánchez no podía ofrecer el acuerdo fuera de la Constitución que los independentistas catalanes reclamaban para ungirle Presidente.

Rivera, como Iglesias, como Rajoy, como los partidos independentistas y, sobre todo, como los 17 dimisionarios de la Comisión Ejecutiva y la mayoría del Comité Federal que le paró los pies el 1 de Octubre, sabían que una segunda Sesión de Investidura fallida de Pedro Sánchez y, con o sin ella, la convocatoria de terceras elecciones favorecía a todos los partidos del arco parlamentario menos al PSOE. Era una estrategia letal para el PSOE. Seguir aún en este debate denota una preocupante inmadurez en quien lo propone. Pero también en quienes no han/hemos sido capaces de cerrarlo a estas alturas.

En la realidad paralela de Pedro Sánchez y sus sargentos (aún no salgo de mi asombro al ver entre ellos a personas a las que tanto aprecio y admiro), Sánchez insiste ante los periodistas de El Mundo: “En el extremo de que hubiéramos ido a terceras, el PP y el PSOE hubieran salido reforzados. Nosotros hubiéramos tenido más de 100 diputados.” Sánchez está convencido de que presentarse por tercera vez después de haber sido claramente rechazado las dos anteriores por el electorado y las propias Cortes Generales, le habría reforzado en las urnas. Pero su currículo como líder del PSOE era, con confrontación interna o sin ella, exactamente el mismo del 20 de diciembre de 2015, día de su primer fracaso electoral frente a un PP que ya venía corrompido de casa, que sumaba cuatro años seguidos mermando libertades, derechos y prestaciones a los españoles, y cuyo líder, aún habiendo mandado el famoso  y manido "Luis, sé fuerte", obtuvo 2.481.476 votos más que el PSOE de Pedro Sánchez. Haberle plantado cara al establishment socialista y al mismísimo Felipe González, o haber sido valiente y aguerrido de las puertas de Ferraz 70 hacia dentro, no cambiaba su perfil electoral. Estas eran sus credenciales de haberse convocado terceras elecciones. Y con ellas, como confirmó este miércoles a Luis Ángel Sanz y Francisco Pascual, concurre a las inminentes Primarias socialistas.

Los socialistas -ahora que todos se sienten con el derecho a hablar en nombre de todos, yo no voy a ser menos- aman a su partido. Lo hacen porque aman a su país. Y por encima de todo, porque aman a su prójimo. Por ello son socialistas, y por ello militan en el PSOE. Porque buscan y desean lo mejor para todos.

Pedro Sánchez, como este viernes le ha reprochado un sensatísimo Patxi López, exige del 39 Congreso ¿justicia? por lo que le ocurrió el 1 de Octubre, y que, con ella obtenida, le dejen dar una vueltecita más. Y hay miles que apoyan su demanda.

El reto de los socialistas es armar el discurso y la estrategia de un futuro al que el PSOE está llegando ya con retraso, pero que está obligado a construir. Pedro Sánchez vive en una ucronía que le impide entender que ese es el reto. Y eso, para el que esto firma, le incapacita como líder -pasado, presente o futuro- del PSOE. Y de España. No puedo entender su innegable éxito en la recogida de avales.



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miércoles, 3 de mayo de 2017

El misterioso (y oculto) incremento de afiliados en el PSOE de Ceuta



A la izquierda de la imagen, Juan Gutiérrez, del Comité de empresa de TRACE
Publicado en Iris Press Magazine

El fracaso de Pedro Sánchez en las elecciones generales que hubo que repetir tras la humillante Sesión de Investidura en la que, por primera vez un candidato a la Presidencia del Gobierno era rechazado por la Cámara Baja, tuvo en Ceuta una sorprendente consecuencia de afecto al PSOE, inédita en el resto de la geografía nacional.

Según desvela hoy Iris Press Magazine, entre el 1 de julio y el 1 de septiembre de 2016 el censo de los socialistas ceutíes sufrió un sospechoso incremento de 90 nuevo afiliados, una cifra que no ha pasado desapercibida para los críticos con la dirección que encabeza Manuel Hernández. Sobre todo si se tiene en cuenta que entre enero de 2012 y julio de 2015 las altas de nuevos afiliados no llegaron a la treintena.

Las cifras, en concreto, son las siguientes:

de enero de 2012 a julio de 2013 hubo 11 altas
de agosto de 2013 a julio de 2014 hubo 5 altas
de agosto de 2014 a julio de 2015 hubo 13 altas

Es decir, a lo largo de tres años y siete meses, el PSOE de Ceuta, una ciudad históricamente gobernada con comodidad por el Partido Popular gracias a poco disimuladas prácticas clientelares sustentadas por fuertes subvenciones públicas, solo consiguió atraer a 29 nuevos militantes.

Sin embargo, solo una semana después del batacazo electoral del 26J, y en tiempo de descuento para la celebración del 39 Congreso Federal -aplazado a propuesta de Pedro Sánchez por el calendario electoral-, comenzó un sorprendente incremento de la afiliación cuyo resumen es el siguiente:

             1/07/2016: 1 afiliación
            18/07/2016: 5 afiliaciones
19/07/2016: 6 afiliaciones
20/7/2016: 1 afiliación
25/07/2016: 17 afiliaciones
26/07/2016: 25 afiliaciones
27/07/2016: 9 afiliaciones
1/08/2016: 1 afiliación
1/09/2016: 25 afiliaciones

90 nuevas afiliaciones en solo tres meses frente a las 29 que el PSOE ceutí atrajo tras la debacle electoral de finales de 2011.

Cualquiera que hubiera logrado tal éxito sacaría pecho ante semejantes cifras. Lo curioso es que, por algún motivo desconocido, la ejecutiva de Manuel Hernández, en contra de lo que viene siendo una norma del Partido Socialista, decidió ocultar el informa de altas y bajas en el Informe de Gestión presentado al Comité Regional del PSOE de Ceuta, lo que alarmó y motivó el informe remitido a la dirección federal del partido.

En el documento se expone textualmente que “nos resulta escandaloso el hecho de que en la etapa de Pedro Sánchez no sólo se hubieran bloqueado algunas fichas, sino que en una franja de 3 meses el censo haya tenido casi 100 altas”. Para Ceuta, asegura el texto, “eso es inviable, y la gente que lleva mucho tiempo militando en este partido lo sabe, y de ahí el que no lo hayan querido mostrar en los órganos pertinentes.“

Es más, añaden que “esta masiva afiliación corresponde a un único interés del control del partido en la última etapa de Pedro Sánchez por parte de gente externa al mismo”. El informe menciona expresamente la relación de un alto número –casi un tercio -de los nuevos afiliados con la empresa  TRACE concesionaria del servicio municipal de limpieza de Ceuta, de cuyo comité de empresa forma parte Juan Gutiérrez Torres, al que se pudo ver, como recoge la imagen que ilustra este post, haciendo jogging con Pedro Sánchez durante una reciente visita del el ex líder socialista a la ciudad.

Los redactores del informe remitido a Ferraz aseguran que “nos hemos intentado poner en contacto con algunas de las personas que aparecen en el censo”,  pero que estas eluden hablar del partido o confirmar su alta. El secretismo al respecto, inaudito, como se ha apuntado, y la relación de tan elevado número de nuevos afiliados con TRACE, hacen temer que “dichas personas formen parte de nuestra organización por algún interés y exclusivamente para hacer uso del voto” en los inminentes procesos congresuales.

Lo cierto es que los números son sorprendentes, y la forma en que se han realizado y ocultado al Comité Regional contrasta con la campaña de descrédito y sospechas sobre el Censo Federal que la candidatura de Pedro Sánchez ha venido difundiendo desde que se convocaron las elecciones primarias al liderazgo del PSOE. Y lo que siempre ha sido cierto, según el sabio refranero español, es que blanco y en botella… leche.

jueves, 16 de marzo de 2017

Por un PSOE ganador, #YoconSusana

Recupero, actualizado, este artículo publicado hace unas semanas en Iris Press Magazine.



Surgen al albur de la esperada candidatura de Susana Díaz a la secretaría general del PSOE, toda una tropa de expertos en historia contemporánea andaluza y susanología. Se presentan con credenciales del tipo “yo tengo familia andaluza” (afectados colaterales), “veraneo” (testigos presenciales) o “tengo casa en un pueblo de Cádiz” (son uno más). Parámetros que al parecer acreditan para espetar en las redes sociales barbaridades como que en Andalucía "se niega el ingreso en las UCI por motivos de ahorro a ancianos con escasa esperanza de vida", o asegurar con la rotundidad del ignorante que la sanidad andaluza “es peor”. Para poner en duda el nivel cultural de los andaluces, insinuar altas tasas de analfabetismo o asegurar que los que no están en paro pertenecen al partido socialista o son “estómagos agradecidos”. Aseveraciones aderezadas, cómo no, con una buena ración de eres y ladrones por doquier ¡con “la Susi” (o la sultana, la gusana y hasta la cortijera andaluza) al frente! Y hay hasta quien arguye que si hay barones que la apoyan, es porque pretenden importar tal satrapía a sus respectivos territorios.

Un cuñadismo trufado de exageraciones y reducciones al absurdo que superan lo ofensivo y rayan lo obsesivo, y que buscan ofuscar la carrera hacia el liderazgo socialista con agresividad y zancadilla, buscando el cuerpo a cuerpo en ajuste de cuentas y combate a muerte. Que no hay sitio para el adversario tras la batalla.

Los ataques a Susana Díaz, cuando vienen de las filas 2.0 del belicoso rival, perfilan una líder ambiciosa, cómplice de corrupción, de espaldas a lo público y con inclinaciones golpistas. Lo cierto es que Susana Díaz sigue siendo la misma a la que hasta hace poco aplaudíamos al unísono por haber sabido liderar con acierto el socialismo andaluz en pleno apogeo de su peor crisis orgánica e institucional, derivada del traumático escándalo de los Ere. Que tomó las riendas del partido y de la Junta tras la modélica dimisión de José Antonio Griñán (en el PSOE sí se asumen responsabilidades políticas) y concurrió a unas elecciones en las que el Partido Socialista volvió a ser primera fuerza política andaluza y mantuvo la Junta de Andalucía y el mismo número de diputados -47- a pesar de la entrada en las Cinco Llagas de Podemos y de Ciudadanos, cuyos grupos parlamentarios se nutrieron de los 24 diputados que cedieron el Partido Popular (17) e Izquierda Unida (7). [Valga este significativo dato para quienes afirman que la pérdida de asientos en el Congreso se debe al obligado reparto con las fuerzas emergentes.]

Sigue siendo la misma Presidenta que ha impedido que los recortes presupuestarios infligidos por el Gobierno de Rajoy se ceben en los sectores más desfavorecidos de Andalucía, manteniendo las prestaciones de ámbito regional, peleando contra los copagos, congelando y fraccionando las tasas universitarias, asegurando el sistema de becas y la gratuidad de los libros para los alumnos de primaria, racionalizando el gasto con medidas como las subastas de medicamentos, y garantizando el sostenimiento de los servicios públicos. Con especial cuidado para los afectados por la Ley de Dependencia.

Y es cierto que Andalucía adolece de muchos déficits, sobre todo en lo que al empleo, el lento desarrollo industrial y la productividad se refiere, pero ni los ha provocado Susana Díaz ni han ido a peor desde que ella está al frente del gobierno andaluz. Al contrario, Andalucía lidera la creación de empleo a nivel nacional, y a pesar del permanente boicot del Gobierno central y del propio PP Andaluz, es la Comunidad que más dinero invierte para hacer posible la creación de nuevas empresas o en planes de I+D+i. Y todo ello, como muy a regañadientes tuvo que admitir el ministro Montoro, cumpliendo sus leoninos y poco inocentes imposiciones presupuestarias.

Susana Díaz preside el gobierno que ha devuelto a los trabajadores públicos los niveles salariales mermados por decisión del Gobierno central y que ha recuperado derechos laborales cercenados por el Partido Popular, entre ellos la jornada de 35 horas semanales.

Ha afrontado con éxito la mayor situación de distanciamiento entre los usuarios de los servicios públicos y la administración andaluza a la que ha tenido que dar respuesta, y ha sabido satisfacer las reivindicaciones de las plataformas ciudadanas en defensa de la sanidad pública, poniendo fin a un malestar popular evidente, cuya mayor expresión fue el salto al estrellato del médico Jesús Candel Spiriman. El propio héroe agradeció públicamente el papel jugado por Susana Díaz en la resolución del conflicto, elogió su “actitud de entrega”, y dio por terminada aquella guerra ente los profesionales sanitarios, los usuarios y la Junta de Andalucía.

La misma Susana cuyo modelo de liderazgo aportó 20 de los 85 diputados obtenidos por el PSOE en las últimas elecciones generales, frente a los siete aportados por Madrid o los siete de Cataluña. Uno de cada tres frente a uno de cada cinco.

A pesar de todo ello, abierta y belicosamente, hay quienes pretenden hacer campaña situando a Susana Díaz como el enemigo en casa, subalterna del PP y fuera de la izquierda. Quienes le reprochan haberse sumado a la mayoría que optó por desbloquear la gobernabilidad y preservar al PSOE de una mayor pérdida de poder parlamentario, y de una segunda, fallida y humillante sesión de investidura.

Hoy que, desde la Oposición, el PSOE está cumpliendo bastantes de los mismos compromisos electorales y que el trabajo de los diputados socialistas está logrando imponer al PP iniciativas parlamentarias que ya benefician a millones de personas y que no serían posibles con una izquierda aún más debilitada, entre la propuesta beligerante de quienes han fracasado y debilitado al partido, y el discurso de quien ha sabido mantener la fortaleza del PSOE y ponerla frente al Partido Popular, es momento de apostar #PorunPSOEganador.

#YoconSusana

sábado, 17 de diciembre de 2016

Reclamar pluralidad para acabar con ella

Si algo ha caracterizado al Partido Socialista a lo largo de su más que centenaria historia, es la pluralidad de opiniones que han manifestado sus militantes y dirigentes sobre la mejor forma de abordar cada presente político. Una pluralidad que en ocasiones se mostró agria y enfrentada, y en otras proclive al consenso. No hay nada extraordinario, es la historia del PSOE. Y no existe en España otro partido -si acaso el PNV- que arroje un saldo tan positivo en cuanto a sus propias diferencias y consensos y cómo estos han beneficiado a la sociedad en general, y a los trabajadores y clases más desfavorecidas en particular.

Es exactamente esa pluralidad la que se puso de manifiesto tras la humillante derrota del 26J, la segunda en unas elecciones generales en menos de un año. Del desastroso resultado obtenido en la urnas surgieron en el Partido voces que apostaban por reconocer que el pueblo español había decidido que el PSOE no volviera -aún- al Gobierno, y quienes querían interpretar que, en realidad, los españoles habían llamado a resucitar una suerte de Frente Popular que impidiera al PP, claro ganador de los comicios, seguir dirigiendo el Ejecutivo. Pluralidad de opiniones en el seno de un partido democrático acostumbrado a albergar en su seno diferencias.

Sin embargo, fue el propio Pedro Sánchez quien decidió acabar con lo que, en una más que desafortunada expresión, definió como bandos, y poner fin a la pluralidad interna del PSOE. Lo hizo con claridad meridiana el 27 de septiembre ante los micrófonos del Hoy por Hoy de la Cadena Ser, cuando anunció que no consultaría a la militancia qué decisión debía tomar el Partido ante la investidura de Rajoy, que no estaba dispuesto a que se le "impusieran" decisiones y que pretendía convocar un congreso exprés que le ratificara como secretario general para poder tomarlas libremente. Lo describió muy gráficamente cuando reclamó un PSOE “con una sola voz que sea la de su secretario general”. Escuchen sus propias palabras:


La consecuencia fue un acto de impecable democracia, expresada a través de la dimisión de 17 miembros de una Ejecutiva que no estaban dispuestos a seguir a un líder que pretendía erigirse en caudillo del socialismo español. Como impecablemente democrática fue la decisión del Comité Federal que frenó sus extemporáneas intenciones el aciago 1 de octubre, y que devino su dimisión como máximo dirigente del PSOE.

Sin embargo, al albur de frases cortas, acusaciones de grueso calado y burda manipulación de sentimientos, Pedro Sánchez y sus acólitos -el menguante sancherío- han conseguido institucionalizar falsos conceptos como golpe de estado, robar la voz de la militancia, o dictadura de los barones. Como si los líderes territoriales del partido o los miembros del Comité Federal no fueran cargos democráticamente elegidos, o sus votos y opiniones carecieran de legitimidad.

Curioso, porque precisamente lo que Pedro Sánchez acababa de proponer era un plebiscito para que la militancia y sus representantes callaran para siempre, y que la única voz autorizada para expresar y tomar decisiones fuera la suya.

Sorprende por ello la aparición de plataformas que reclaman una democracia interna que nunca ha faltado, y que señalan a Pedro Sánchez como “la voz de la militancia”. El mandato interino de Sánchez al frente del PSOE, pues hay que recordar que fue elegido en un Congreso Extraordinario sin proyecto político, estuvo protagonizado, además de por una sonada secuencia de vergonzantes derrotas electorales, por el acoso y la persecución del disidente, los expedientes disciplinarios, la destitución fulminante de direcciones elegidas democráticamente por la militancia, y su sustitución por gestoras a lo largo y ancho de todo el país (hasta 93 había cuando dimitió).

Es decir, son abanderados de una pluralidad que sólo estuvo en peligro dentro de los planes de Pedro Sánchez. Pero no pasa un solo día sin que inunden las redes sociales y medios de comunicación de falsas acusaciones y dudas sobre la legitimidad de los órganos de gobierno y dirección del PSOE. Desconocen la propia historia del Partido Socialista Obrero Español. Pero es mucho peor que mientras acusan, insultan y descalifican a todos los que no opinan como ellos, ignoren el pasado inmediato y reclamen el liderazgo para quien quiso acabar con todo lo que dicen defender.

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jueves, 14 de junio de 2012

De primarias y liderazgo

Publicado en Diario Progresista


No es de recibo que unos pretendan aplazar los debates internos del Partido Socialista "al momento procesal oportuno", mientras que algunos miembros de la dirección se lanzan sin rubor alguno a proyectar escenarios de futuro sin pasar por ello. Hace unos días, Ramón Jáuregui se despachó a gusto en el diario El Mundo afirmando que ve a Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato del partido en 2015 "y a nadie más" (sic).

“Yo a quien veo con futuro es a Alfredo", zanja Jáuregui antes de descartar "especulaciones absurdas" -una expresión un tanto desafortunada para calificar las que pueden ser legítimas opiniones de otros compañeros- porque, según argumenta, el PSOE apostó en el 38 congreso federal por elegir a Rubalcaba secretario general y eso significa que quieren que sea su referente político y ´lógicamente´ su candidato”, podía leerse textualmente en el rotativo de Pedro J. Ramírez. Desconozco si Jáuregui ha olvidado lo que se decidió realmente en el cónclave de Sevilla, o si... 



domingo, 3 de octubre de 2010

55 días en Madrid

Ya está hecho. Tomás Gómez ha ganado las primarias del PSM.



Nunca he disfrutado tanto de ser un militante de base. Nunca, de verdad. Desde los 14 años, que fui vocal del primer Consejo de la Juventud en la provincia de Huelva, hasta este grandioso día, he hecho de todo, en el PSOE y en otras organizaciones. Siempre he estado muy motivado con los compromisos de mi vocación por hacer algo que mejore este terrible mundo que nos ha tocado vivir. Hacerlo durante más de 30 años te deja un enorme currículo de éxitos y fracasos. Así son las cosas.



Para mí, estos 55 días en Madrid han sido inolvidables. He ganado multitud de nuevos y entrañables amigos y amigas y, también -por qué no decirlo- nuevos y entrañables "enemigos". Los primeros lo serán para siempre. Los otros también serán amigos mañana mismo, cuando todos nos unamos para celebrar el triunfo de las bases y empecemos, ya, a allanar el camino que lleva hasta la Puerta del Sol.



Tengo que hacer menciones especiales. A mi querido Ángel Gramage, que con el coraje de quien cree en lo que hay que hacer no dudó en apoyarme para formar la discutida Plataforma Socialista LGTB de apoyo a Tomás Gómez. A Jaume d'Urgell, Antonio Moraleda, Livia Castillo y, como no, Carla Antonelli, con los que da gusto saber que tienes cada vez más y mejores amigos con los que afrontar, con decisión y sin temor a nada, cualquier iniciativa por controvertida que pueda llegar a ser.



Ha sido superdivertido formar parte del "comando facebook". Martu, Silvia, Alejandro, Mª Jesús, Federico, Montse, Oti, Emilio, Paz, Lucas, Luis, Gux, Maida, mi querido Enrique Bravo, mi admirado Alberto Sotillos, Vania, Carmen Sánchez, Manuel, Franesco y Silvia... hasta el querido Pedro Castro y tantos nombres que es imposible citar -y que sé que me perdonarán que no cite porque no hay personalismos en el PSOE- y los más de 800 nuevos amigos que las redes sociales me han procurado desde el 9 de agosto.



Los inigualables chicos y chicas de las JSM, Pablo, Mar, Julio, Diego, Victor, Pedro, Emilio, Isidro, David, Guillermo, Santiago y otros tantos. Qué cantera para el futuro del socialismo madrileño, español y europeo.



Los "rivales", Trini y toda su gente. Algunas cosas no nos habrán gustado, pero han hecho, en general, una campaña limpia y digna de ejemplo. Un especial recuerdo de estos días guardaré de David Valiño, "rival" y amigo.



A todos, absolutamente a todos y todas, quiero daros las gracias porque han sido 55 maravillos días de compartir un sueño común. De soñar juntos que otro Madrid es posible y que, con el trabajo que acabamos de empezar juntos -que eso es, en realidad, lo que hemos hecho, empezar de nuevo- podemos sentirnos orgullosos de nuestras ideas, de nuestros proyectos comunes, de ser SOCIALISTAS. De ser del PSOE.



Y cómo no, quiero dar las gracias a Tomás Gómez, el próximo presidente de la Comunidad de Madrid y nuestro Secretario General. Se que él puede estar tentado de ser quien haga los agradecimientos, pero no merecemos que nos des las gracias, Tomás, porque sentirme/sentirnos parte de este sueño común que tú haces posible no es sólo un orgullo para mí y para todos nosotros, es emocionante. Han sido los mejores días de mi "vida en política", pero sé que contigo todos nosotros, todos los socialistas, todos los madrileños y madrileñas y todos los demócratas, vamos a vivir momentos y días aún mejores que estos inolvidables 55 días en Madrid.



GRACIAS.



Perico Echevarría, Perico Pan.

Madrid, 3 de octubre de 2010.