viernes, 6 de noviembre de 2015

A vueltas con la Reforma Laboral y la posición de “el PSOE de Pedro Sánchez”

(Publicado en Publiscoscopia.com)

Por más que se empeñen Pedro Sánchez y sus acólitos, la posición del programa electoral del PSOE ante la derogación de la nefasta Reforma Laboral que el PP regaló a los empresarios con su arrolladora mayoría absoluta, no está clara. Y ello está lastrando nuestras posibilidades electorales el 20 de diciembre.

En primer lugar, porque el programa electoral del PSOE no está aún aprobado. Será la Conferencia convocada para dentro de unos días en Madrid -y no Pedro Sánchez ni su Comisión Ejecutiva- la que deberá decidir, democráticamente y por mayoría, la propuesta final del partido al respecto. Y ya sabemos que al menos ocho federaciones, (entre ellas Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Asturias, Castilla y León, Cantabria, La Rioja, Navarra), además de Izquierda Socialista y Juventudes Socialistas, no comparten lo dicho hasta ahora por el Secretario General y candidato a La Moncloa. Aquellas apuestan por una derogación total, incluyendo lo referente al despido y su indemnización, y, Sánchez propone dejar este tema al albur de lo que pudieran pactar patronal y sindicatos en una mesa de negociación.

A ver, seamos sensatos. ¿Es que acaso hay un solo ciudadano que esté dispuesto a creer que los empresarios van a firmar un acuerdo que mejore las condiciones del despido en favor de los Trabajadores? ¿En serio? Por favor, que me lo presenten, si es el caso. Sobre la posición de la patronal no hay ninguna duda. Los empresarios exigen sin disimulo “flexibilizar” más el despido. Luego lo que Pedro Sánchez y su equipo proponen en una partida de ajedrez entre patronal y sindicatos que, en el mejor de los casos, solo puede acabar en tablas. Eso sí, dichas tablas exonerarían al PSOE de la responsabilidad de no haber puesto fin a la más maléfica consecuencia de la Reforma Laboral del PP, trasladando la responsabilidad a los sindicatos, que habrían sido incapaces de llegar a un acuerdo. Vamos, el infame comodín de la “mesa de diálogo” que nos permitiría aparentar estar a bien con Dios y con el Diablo, aunque ello conllevara que no quede claro quién es quién para el PSOE.

Es por ello que la mayoría de los socialistas estamos pidiendo a Pedro Sánchez que el programa electoral del PSOE asuma el compromiso de legislar al respecto y eliminar, sin ambages (“rodeos de palabras o circunloquios”, según la RAE), unas condiciones de despido que el PP no sometió en ningún momento a ninguna mesa de negociación e impuso a los trabajadores. Y después, solo después, será el momento de sentarse todos, Gobierno, patronal y sindicatos, a negociar el texto de un nuevo Estatuto de los Trabajadores. Sin la ventaja regalada del Partido Popular a los empresarios.

El texto final que recoja los compromisos que los socialistas asumimos con el electorado, como decía, debe ser el que democráticamente se apruebe en la Conferencia de Madrid. Hasta ese momento, estaría bien que nuestro líder no dé por sentado que sus preferencias personales son las del partido. Así es la democracia “de abajo a arriba”. No nos divorciemos de ella.