miércoles, 18 de enero de 2017

Becerril rechaza la queja de la ARMH por el discurso navideño de Felipe VI

Reproduzco textualmente, por su interés, la nota que he recibido de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica critica que Soledad Becerril rechace su queja por el discurso navideño de Felipe VI

Para la ARMH, la Defensora del Pueblo rechaza la defensa de las víctimas de la dictadura franquista



La oficina del Defensor del Pueblo ha respondido a la queja presentada el pasado 24 de diciembre por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) contra algunas afirmaciones de Felipe de Borbón, en su discurso de navidad, asegurando que no procede "la intervención de esta institución sobre la cuestión planteada".

En la pasada nochebuena, dentro del su discurso de navidad, el monarca aseguró que: "son tiempos para profundizar en una España de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas", un argumento que repiten sectores de la derecha contra las demanda de las víctimas de la dictadura franquista. La queja del colectivo que desde hace dieciséis años busca e identifica desaparecidos, solicitaba a que una jefatura de Estado no electa debe ser especialmente meticulosa en su deber de representar a toda la ciudadanía y en especial a aquellos que demandan en cumplimiento de derechos humanos.
Por esa razón, y sin saber dónde llevar a cabo una queja, la ARMH decidió dirigirse al Defensor del Pueblo, solicitándole que en sus recomendaciones se dirigiera a la jefatura del Estado para reclamarle el respeto que merecen las familias de los 114.226 desaparecidos de la dictadura franquista y quejándose, además, de la discriminación que sufren las víctimas de franquismo con respecto, por ejemplo, a las del terrorismo, a las que el Jefe del Estado se ha dirigido siempre con el máximo respeto y a las que jamás les diría que no agiten viejos rencores ni heridas cerradas.



La Defensora del Pueblo explica en su respuesta las razones de su no intervención:

1/Función del Defensor del Pueblo. A tenor de lo dispuesto en los artículos 54 de la Constitución y 1 de su Ley Orgánica Reguladora (L.O. 3/1981), el Defensor del Pueblo defiende los derechos constitucionales mediante la supervisión de la actuación de la Administración, de la que no forma parte el Jefe del Estado, cuyos discursos no son objeto de supervisión por esta institución.

2/Órgano de representación popular. Como es propio de los regímenes parlamentarios, la Constitución proclama que las Cortes Generales representan al pueblo español (artículo 66), mientras que configura al Rey como representante del Estado: "el Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales" (artículo 56), sin que la Corona ostente carácter de órgano de representación popular, dado que su magistratura no es electiva.

Una vez estudiado el contenido de su queja, a la luz de los preceptos constitucionales y de la ley orgánica mencionados, resulta preciso manifestarle que no procede la intervención de esta institución sobre la cuestión planteada.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) no planteaba la supervisión de los discursos de Felipe de Borbón, sino el cumplimiento de su juramento en el día de su coronación, en la que se comprometió a jurar y hacer guardar la constitución y por eso se le reclamaba la igualdad de trato con respecto a otras víctimas de delitos violentos como las del terrorismo.

En unos días la ARMH hará llegar al monarca los informes del Grupo de Trabajo contra la Desaparición Forzada e Involuntaria de Naciones Unidas y del Relator Espacial para la Verdad, la Justicia, la Reparación y las Garantías de No Repetición, ambos organismos de la ONU, que han sido contundentes con respecto a las obligaciones del Estado español hacia los derechos de las víctimas de la dictadura franquista.