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lunes, 8 de febrero de 2016

#LibertadTitiriteros. Políticos (sobre todo socialistas), recapacitad.


Recuerdo que el día que conocí a Manuela Carmena, hace ya unos años, mantuvimos una larga e interesante conversación sobre la Democracia, la separación de poderes, el Poder Judicial… Ambos compartimos que no es necesariamente malo que el poder político mantenga cierto control sobre el judicial, de la misma forma que las acciones de los políticos pueden ser enjuiciadas. Ambos compartíamos también que ese control político, en forma de designación de miembros del CGPJ o del Tribunal Supremo -por ejemplo-, requiere de un exhaustivo control para garantizar que no se produzca en base a intereses partidarios, y la necesidad de establecer exámenes parlamentarios y públicos de idoneidad de los candidatos, como mejor forma de que se cumpla esta premisa. Asimismo, que la separación de poderes no significa, de ningún modo, la anulación de unos en cuanto a la actividad de los otros.

Digo esto porque estoy harto de escuchar en las últimas horas, especialmente -lo que es mucho más doloroso- a miembros del PSOE, que el caso de los titiriteros encarcelados está ya en manos de la judicatura, y, que por tanto, solo procede callar y esperar.

Yo defiendo que no es así. La actuación de Juez Moreno es desorbitada, posiblemente inconstitucional y excede sobremanera las atribuciones de la judicatura. Por ser juez no se tiene derecho a tomar la decisión que se quiera. Cualquier persona que se haya preocupado de investigar un poco en la Red estos días, puede llegar a la conclusión de que no hay elementos probatorios que sustenten su decisión. Y es obligación de los otros poderes manifestarlo públicamente y exigir una rectificación. El vergonzante silencio y las cobardes declaraciones de algunos políticos en este caso para “respetar” los procesos judiciales supone una grave irresponsabilidad y una falta de su deber de velar por los derechos de los ciudadanos. Ha primado más el miedo a la respuesta airada de la derechona o a desgastar la virginal imagen de los llamados Ayuntamientos del cambio que la realidad y gravedad de lo que sucede. Deleznables Antonio Hernando en el Congreso y Carolina Bescansa, abominable Albert Rivera, tibios Pablo Iglesias y Pedro Sánchez Pérez-Castejón, repugnantes todos los del PP; impecables Alberto Garzón y Ada Colau Ballano. Muy mal Manuela Carmena. Es, además, una muestra desmesurada de hipocresía, pues basta tirar de hemeroteca para recordar cuántas veces no se ha dudado poner el grito en el cielo para cuestionar una decisión judicial. ¿Se acuerdan de Bolinaga?

En este caso esperpéntico caso, hay dos personas privadas de libertad por delitos que claramente, y no hace falta ser juez para llegar a esta conclusión, no han cometido. Apelo a la responsabilidad de los políticos, especialmente a los del PSOE, para que corrijan su tibia actitud y se manifiesten con claridad por la defensa de la Libertad de Expresión, y la liberación inmediata y sin cargos de los titiriteros. No tiren por la borda un inmenso currículo de defensa de las libertades cada vez que la derecha carroñera y la caverna mediática usan el comodín de ETA, porque eso solo sirve para mermar -y lo están logrando- la calidad de nuestra Democracia.

Nota. A esta hora (20,15 del lunes 8 de febrero), y desde la tarde-noche del sábado, más de 14.000 personas han firmado ya para pedirlo.



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LAS PRUEBAS DEL NO-DELITO

En este fragmento en Vimeo se ve cómo uno de los personajes de la obra 'La bruja y Don Cristóbal' aprovecha el estado de inconsciencia del otro personaje en escena para, aviesamente, colocarle el ya famoso cartel (pancarta, según muchas medios tan dados a magnificar para lograr en amarillismo lo que no consiguen en calidad) y fotografiarlo portándolo para acusarle del delito de enaltecimiento del terrorismo. El resto, es historia ya. 

domingo, 7 de febrero de 2016

#LibertadTitiriteros: ¿Y SI HUBIESE SUCEDIDO ASÍ?

Atiende el teléfono un agente de una comisaría de la Policía Municipal. Es un ciudadano el que llama desde la plaza Canal Isabel II del barrio de Tetuán en Madrid.

-       - ¿Policía? Buenas tardes, perdone que les moleste. Mire usted soy un padre de un niño de 4 años y estoy en la plaza del canal del Canal de Isabel Segunda de Madrid. Y les llamo porque tienen ustedes que intervenir de manera inmediata.

- -  Vaya. Dígame usted, ¿qué es lo que pasa? ¿Hay heridos o algo?
 No, no. No es eso. Es que mire usted. Es que hay un espectáculo de marionetas aquí y estoy con los niños y… Bueno, es que no se imagina. Escenas de violencia, violaciones, monjas, jueces ahorcados. Vamos ni le cuento.

-  -  ¿Pero qué me dice? ¿En un espectáculo para niños?

--  Como se lo digo, agente. Es que tienen ustedes que intervenir. Es mucho. Es que acaban de sacar además una pancarta que pone Gora ETA. Vamos, haciéndole propaganda, a los terroristas. ¡Encima!

--  Pero… Vaya. Tranquilo, señor, por favor. Tranquilícese. No se preocupe que si hay que intervenir lo vamos a hacer de inmediato. Por favor. Manténgase a la espera un momento y no cuelgue. 
- - Gracias agente, dese prisa, por favor, que es muy grave.

- - Sí, sí. Es solo un momento. No se preocupe. Gracias, por llamar.

Con suma diligencia. El agente deja en espera al ciudadano y se dirige a su pantalla de ordenador para verificar que hay un espectáculo programado y debidamente autorizado a esa hora y en ese lugar. O si se trata de una manifestación artística espontánea susceptible de estar cometiendo alguno delito o falta. En su pantalla, y accediendo a la página web del Ayuntamiento, el agente comprueba que efectivamente, la actividad cultural a la que se refiere el vecino forma parte de la programación oficial del Ayuntamiento de Madrid, y que está publicitada como apta "para todos los públicos". Celoso de su obligación, el agente comprueba, además, que en el mismo programa, de hecho, hasta en la misma página, figuran otras actividades previstas en el miso día. Una de ellas catalogada para todos los públicos, dos de de ellas para público juvenil, y, además, una específicamente detallada como para público infantil.

-     - Hola, soy el agente Márquez otra vez. Perdone la espera. Es que estoy comprobando la programación y... En efecto, aquí  figura el espectáculo que me dice. “La Bruja y Don Cristóbal”, de la compañía granadina Títeres desde abajo. Y, mire, es que en la programación no viene especificado que sea una función para niños. De hecho, esta misma mañana sí que tenía usted en la Plaza de La Remonta un acto convocado para niños, que era un pasacalles y la actividad “Encuentro con el falso león”. Por lo que usted me cuenta, en principio no parece que haya motivos para una intervención policial.

- - Pero qué me dice usted. ¿No me has escuchado que están haciendo apología del terrorismo y que están mostrando a los niños pancarta que ponen “Gora Alka-Eta”?

- - Bien, bien, lo comprendo. Puede que tenga usted razón-. No se preocupe que inmediatamente mandamos un coche patrulla. Estamos ahí en unos minutos. Una vez más, gracias por su llamada, señor. Ahora no vemos.


 Así que el agente con otro compañero decide comprobar la gravedad de los hechos y la necesidad o no de intervenir policialmente y se dirigen a la plaza.

Una vez en el sitio, los agentes comprueban que efectivamente, el contenido de la obra, por su dureza, la violencia implícita y explícita de algunas escenas y el enorme calado sociopolítico de su contenido, no es el más adecuado para el público que mayoritariamente ocupa la plaza en ese momento. Es decir, una treintena de adultos acompañados por niños de muy corta edad. Por lo que deciden intervenir, dirigiéndose directamente al escenario e interrumpiendo la función.

-      -  Buenas tardes. Perdonen un momento la interrupción, pero tenemos que hacer unas comprobaciones a raíz de la denuncia de un ciudadano por presunta comisión de delitos o faltas graves y creemos necesario interrumpir un momento su trabajo.

Los miembros de la compañía, aunque molestos, acceden y paran la función par atender a los agentes de la Policía. Terminado el trámite, el oficial al mando decide dirigirse al público.

- - Buenas tardes. Soy el sargento primero Márquez de la comisaría, y como consecuencia de una llamada de alguno de ustedes a nuestra unidad con determinadas quejas, hemos creído oportuno parar la obra un momento para dirigirnos a ustedes. Verán, el espectáculo que están viendo forma parte de la programación municipal, pero no está catalogado específicamente para niños. Aunque es cierto que sí lo está para todos los públicos, los actos concretos para niños también están detallados en la programación y este no es uno de ellos. En la propia programación a la que ustedes habrán tenido acceso, porque de hecho están ustedes aquí, habrán visto que la sinopsis de la función explica unos personajes que impone su voluntad "a base de cachiporra". Es decir, violentamente. También que hay personajes que luchan por la libertad, o contra ese poder... y que hay una guerra abierta entre unos y otros. Temas que estamos de acuerdo en que seguramente un niño pequeño no será capaz de entender y disfrutar. Respecto del cartel que pone "Gora Alka-ETA" que han visto en el atrezo de la obra... Verán, es verdad que nosotros no hemos visto la función, pero la compañía nos ha explicado que forma parte de la misma y que no tiene ningún carácter reivindicativo o apologético. De hecho, y según nos han explicado, se usa para incriminar a uno de los personajes en un delito por el que pueda ser condenado, y tengo que informarles que su uso en este contexto no parece suponer delito alguno, aunque si alguien lo considera así está en su derecho de acudir al Juzgado y solicitar que se prohíba la difusión de esta obra. Pero sin una orden judicial, nosotros no podemos impedir su exhibición. Lo que sí es cierto, y esto no es un tema legal, sino de sentido común, es que el contenido de la obra no parece el más adecuado para niños tan pequeños como los que vemos aquí, por lo que hemos pedido a la compañía que suspenda momentáneamente la función, y que quien quiera llevarse a sus niños pueda hacerlo. El resto, por favor, perdonen solo unos minutos para que quien quiera voluntariamente irse pueda hacerlo ahora y quien quiera voluntariamente quedarse pueda hacerlo también. Y en cuanto lo hayan hecho, podrá continuar la función. Rogamos de nuevo que disculpen la interrupción y por favor, quien quiera irse que lo vaya haciendo ya para que quien decida quedarse pueda ver el final de la obra. Buenas tardes y muchas gracias a todos.


¿Os imagináis que hubiese sido así? Pues yo habría dedicado mi fin de semana a otras cosas. Creedme.

Libertad sin cargos para los artistas de 'Títeres desde abajo'

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Atrezo vs. pancarta. #LibertadTitiriteros

Atrezo
Del it. attrezzo.
1.      m. Cinem., Teatro y TV. utilería (‖ conjunto de objetos de un escenario).

Pancarta
Del b. lat. pancharta, y este del gr. πᾶν pân 'todo' y χάρτης chártēs 'hoja, papel'.
1. f. Pergamino que contiene copiados varios documentos.
2. f. En manifestaciones y otros actos públicos, cartel con consignas o diversos mensajes, que se exhibe con propósitos normalmente reivindicativos.

“Echaban NO-DO y dos películas de ésas que tú detestas y me chiflan mí, llenas de amores imposibles y pasiones desatadas y violentas. Villanos en cinemascope. Hermosas damas y altivos caballeros del Sur tomaban té en el Roxy cuando apagaban la luz”. (Los fantasmas del Roxy, Joan Manuel Serrat).

Desolador. De verdad. ¿Qué país estamos construyendo? ¿En qué tipo de democracia vamos a convertir esta que, con su déficits, tanto nos costó construir? ¿Qué fue de esos luchadores de la izquierda que citaban orgullosamente a Voltaire (o Hall o Tallentyre, incluso Churchill, si es el ínclito Eduardo Inda quien lo cita) con aquello de “detesto lo que usted escribe pero daría mi vida por que pudiera seguir escribiendo”?

Ayer volvió a ser un día nefasto para quienes defendemos por encima de todo la Libertad, incluso cuando esta nos hiere. Aún no salgo de mi asombro de los cientos de comentarios de compañeros de batalla que justificaban la detención de los dos cómicos de la compañía Títeres desde Abajo, cuya obra fue estúpidamente programada por el Ayuntamiento de Madrid, sin advertir que se trataba de una obra para adultos, en horario propicio para los niños –lógicamente atraídos por un espectáculos de títeres- aunque en ningún momento la compañía la comercializa como función infantil.

Resultó –casi- del todo imposible hacer entender que, por muy violenta que fuera la obra, no era más que ficción, y que la ficción lo admite todo, incluso lo que nos desagrada. En ello consiste una regla sagrada de la libertad de expresión, de la Libertad. En detestar lo que usted escribe, pero dar la vida para que pueda seguir escribiendo.

No doy crédito de tanto compañero y compañera con tanta formación académica, experiencia de gestión de lo público, que no sabían distinguir entre atrezo y pancarta, y que, sin admitir la existencia de tan sutil diferencia, aprobaban la detención, incluso el encarcelamiento de dos artistas por la violencia y presunta apología contenida en su obra. A los sumo admitían que “ya decidirán los jueces y veremos quién tiene razón”. ¿Es que ninguno sentía nada por esos descerebrados chicos encarcelados? ¿Ya han olvidado algunos compañeros qué es ir a la cárcel injustamente y esperar a que te toque un juez noble para salir de esa infame humillación? ¿De verdad?

Adiós a American Pyscho de Bret Easton Ellis, a La Naranja Mecánica de Anthony Burgess, a Fuenteovejuna de Lope de Vega o, cómo no, a La Biblia, posiblemente, el libro que más violencia encierra de todos los escritos jamás. A El silencio de los corderos de Jonathan Demme, a Gilda de Charles Vidor, a Días Contados o La muerte de Mikel de Imanol Uribe; apurando, incluso a Ocho apellidos vascos de Emilio Martínez-Lázaro (ojo Almódovar, no vuelvas a tus inicios). Adiós a South Park o Padre de Familia o, estirando, a Los Simpson  (oh, dibujos animados). Con los argumentos defendidos ayer por algunos y algunas, todas estas obras deberían ser inmediatamente prohibidas, retiradas de las librerías y medios audiovisuales y sus autores, si aún viven, detenidos y juzgados.

Qué obcecación por argumentar el presunto uso de una pancarta como si fuera tal, cuando no era más que atrezo, joder. Sí, atrezo. ¿No sabemos qué es? (Sírvanse entonces volver al comienzo de este artículo). Si sacamos de contexto los elementos de una creación artística… ¿es posible el Arte? ¿O empezamos todos a medir y limitar nuestro talento y nuestra creatividad? ¿O mejor damos por muertos al Cine, la Literatura, el Teatro, el Cómic… y vivimos al estilo pensado por Ray Bradbury en Farenheit 451 o, aún peor, al de Un mundo feliz de Aldous Huxley, en el que la felicidad se logra tras acabar con  la familia, la diversidad cultural, el arte, el avance de la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía?

Lo sucedido con los titiriteros granadinos es muy grave. Han sido detenidos y acusados de delitos no cometidos, y están encarcelados, sin derecho siquiera a una fianza, porque el juez Ismael Moreno considera además que, dada ‘la gravedad’ del delito cometido incluso podrían plantearse “darse a la fuga”. ¿Nos hemos vuelto locos?

Lamentable la actitud del Ayuntamiento del Cambio de la alcaldesa Manuela Carmena y Ahora Madrid, presto a sumarse al linchamiento público para evitar algún desgaste político, e  incapaz de darse cuenta de que su torpeza programando les ha costado la libertad a dos personas que no han hecho nada punible, y hasta puede costarles varios años de condena. Lamentable también el Partido Socialista, que no dudó en criticar en un comunicado una apología que nunca se produjo. Execrable Esperanza Aguirre y el Partido Popular, con su habitual actitud carroñera. Terribles la mayoría de los medios de comunicación, en los que aún queremos ver a defensores de las más elementales libertades.

La función “La bruja y Don Cristóbal” puede ser violenta, detallar los peores instintos y vilezas de la condición humana, dar asco… Pero no deja de ser una función teatral. Es falso que haya apología de nada en ella, siquiera de la violencia. ¿Cuándo dejamos de ser espectadores críticos para ser jueces?

Yo quiero poder detestarlos, a la bruja y a Don Cristóbal. A Títeres desde abajo. Pero también quiero seguir dando mi vida para que puedan escribirse esos personajes y  representarse esas funciones. Y saber que alguien estaría dispuesto a dar la suya para que yo algún día tenga la suerte de escribir una novela de tan mal gusto que todos puedan detestarla con todas su ganas. Quiero ser libre. Y para serlo, necesito que los titiriteros también lo sean. Estúpidos, incluso malvados. Pero libres.

#LibertadTitiriteros

Libertad sin cargos para los artistas de 'Títeres desde abajo'

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sábado, 6 de febrero de 2016

Día negro para la Libertad, la Cultura y el Periodismo

Vergüenza. Es lo que siento cuando veo con qué facilidad la torpeza de algunos se convierte en artillería pesada para desacreditar a otros. Lo ocurrido ayer en Madrid forma parte de esos capítulos que nos deberían sonrojar a todos y que nos recuerdan cuán necesaria es la Educación para la Ciudadanía. Y no solo para los niños, sino para todos. Fue un día negro para la Libertad, para la Cultura y, sobre todo, para el Periodismo. Desolador.

La obra ‘La bruja y Don Cristóbal” de la compañía teatral Títeres desde abajo es contratada por el Ayuntamiento de Madrid y programada torpemente durante las fiestas del Carnaval en horario infantil. Basta con visitar la propia web de la compañía para constatar que en ningún momento comercializa dicha función como un show para niños, sino como una recreación de teatro popular sobre Don Cristóbal Polichinela, “ese oscuro personaje de la tradición popular ibérica. Polichinela se presenta bajo diferentes formas para imponer su voluntad a base cachiporra. Sin embargo, también habita en estas tierras una bruja que tiene la firme decisión de amar su libertad por encima de todo y no dejarse pisotear por ningún Don Cristóbal, por mucho poder que éste se arrogue.” En la misma web, Títeres desde Abajo detalla su oferta de teatro infantil, en la que no encuadra esta función.

A partir de ahí, el error del programador, la ignorancia, y también la mala leche de algunos, devienen un grotesco chorreo de noticias escandalosas y forzadas a base de sacar de contexto el contenido de la obra, a la que se llega a calificar de espectáculo proetarra. Un par de tertulias y un ejército de avezados tertulianos de los 140 caracteres y ya tenemos la tarde hecha.

Lo más grave es que se haya llegado a detener a los miembros de la compañía de títeres, por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo. Un comunicado de CNT de Granada aclara el contenido de la obra: "Al respecto, y para indicar unas necesarias aclaraciones, debemos relatar lo que es, en realidad, la obra. En esencia, “La Bruja y don Cristóbal” procura representar, bajo las figuras recurrentes de cuentos y teatros, la “caza de brujas” al movimiento libertario que ha sufrido en los últimos años, con los montajes policiales estilo “Operación Pandora”. La obra está protagonizada por una bruja, que representa a las personas de mala fama pública, y que se ve en la situación de enfrentarse a los cuatro poderes que rige la sociedad, esto es: la Propiedad, la Religión, la Fuerza del Estado y la Ley. La protagonista está en su casa, y, en primer lugar, su vida es interrumpida por la aparición del “Propietario”, que resulta ser el legítimo poseedor legal de la casa donde vive. No existen monjas violadas; bajo la forma de los muñecos, los adultos podemos comprobar que el propietario decide aprovecharse de la situación para violar a la bruja; en el forjeceo, la bruja mata al propietario. Pero queda embarazada, y nace un niño. Es entonces cuando aparece la segunda figura: una monja, que encarna la Religión. La monja quiere llevarse al niño, pero encuentra resistencia en la bruja, y en el enfrentamiento, la monja muere. Es entonces cuando aparece el Policía, que representa la Fuerza del Estado, y golpea a la bruja hasta dejarla inconsciente, y tras ello, construye un montaje policial para acusarla ante la Ley, colocando una pancarta de “Gora Alka-ETA” sobre su cuerpo, que intenta mantener en pie para realizar la foto, como prueba. A partir de este montaje policial, surge la cuarta figura, que es la del Juez, que acusa, y condena a muerte, a la protagonista, sacando una horca. La bruja se las arregla para engañar al juez, que mete la cabeza en su propia soga, y la aprovecha para ahorcarle, para salvar su propia vida. El relato continúa algo más, pero esta es la esencia de lo que transcurre, y donde se encuentra toda la polémica". La función, que no era para niños, escandalizó a algunos padres, y puede que con motivo, pero precisamente por eso, porque no era un espectáculo infantil. Pero, por favor, de ahí a detener a los artistas...

Los únicos responsables de lo sucedido son un torpe programador y la concejala Celia Mayer que decidieron contratar esa función y ofrecerla a niños. Pero lo más preocupante es que el Ayuntamiento del cambio de Madrid, en vez de reconocer su error, haya presentado una denuncia contra la compañía de títeres, que sus integrantes hayan sido detenidos y que todos los medios de comunicación hayan entrado al trapo de tan grotesca historia.


Lo dicho, un día desolador para la Libertad, la Cultura y el Periodismo. Muy triste todo.

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(Ver también)

Atrezo vd. pancarta. #LibertadTitiriteros


http://ciudadanopan.blogspot.com.es/2016/02/atrezo-vd-pancarta-libertadtitiriteros.html

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PETICIÓN A LA AUDIENCIA NACIONAL Y AL AYUNTAMIENTO DE MADRID

Libertad sin cargos para los artistas de 'Títeres desde abajo'