sábado, 6 de febrero de 2016

Día negro para la Libertad, la Cultura y el Periodismo

Vergüenza. Es lo que siento cuando veo con qué facilidad la torpeza de algunos se convierte en artillería pesada para desacreditar a otros. Lo ocurrido ayer en Madrid forma parte de esos capítulos que nos deberían sonrojar a todos y que nos recuerdan cuán necesaria es la Educación para la Ciudadanía. Y no solo para los niños, sino para todos. Fue un día negro para la Libertad, para la Cultura y, sobre todo, para el Periodismo. Desolador.

La obra ‘La bruja y Don Cristóbal” de la compañía teatral Títeres desde abajo es contratada por el Ayuntamiento de Madrid y programada torpemente durante las fiestas del Carnaval en horario infantil. Basta con visitar la propia web de la compañía para constatar que en ningún momento comercializa dicha función como un show para niños, sino como una recreación de teatro popular sobre Don Cristóbal Polichinela, “ese oscuro personaje de la tradición popular ibérica. Polichinela se presenta bajo diferentes formas para imponer su voluntad a base cachiporra. Sin embargo, también habita en estas tierras una bruja que tiene la firme decisión de amar su libertad por encima de todo y no dejarse pisotear por ningún Don Cristóbal, por mucho poder que éste se arrogue.” En la misma web, Títeres desde Abajo detalla su oferta de teatro infantil, en la que no encuadra esta función.

A partir de ahí, el error del programador, la ignorancia, y también la mala leche de algunos, devienen un grotesco chorreo de noticias escandalosas y forzadas a base de sacar de contexto el contenido de la obra, a la que se llega a calificar de espectáculo proetarra. Un par de tertulias y un ejército de avezados tertulianos de los 140 caracteres y ya tenemos la tarde hecha.

Lo más grave es que se haya llegado a detener a los miembros de la compañía de títeres, por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo. Un comunicado de CNT de Granada aclara el contenido de la obra: "Al respecto, y para indicar unas necesarias aclaraciones, debemos relatar lo que es, en realidad, la obra. En esencia, “La Bruja y don Cristóbal” procura representar, bajo las figuras recurrentes de cuentos y teatros, la “caza de brujas” al movimiento libertario que ha sufrido en los últimos años, con los montajes policiales estilo “Operación Pandora”. La obra está protagonizada por una bruja, que representa a las personas de mala fama pública, y que se ve en la situación de enfrentarse a los cuatro poderes que rige la sociedad, esto es: la Propiedad, la Religión, la Fuerza del Estado y la Ley. La protagonista está en su casa, y, en primer lugar, su vida es interrumpida por la aparición del “Propietario”, que resulta ser el legítimo poseedor legal de la casa donde vive. No existen monjas violadas; bajo la forma de los muñecos, los adultos podemos comprobar que el propietario decide aprovecharse de la situación para violar a la bruja; en el forjeceo, la bruja mata al propietario. Pero queda embarazada, y nace un niño. Es entonces cuando aparece la segunda figura: una monja, que encarna la Religión. La monja quiere llevarse al niño, pero encuentra resistencia en la bruja, y en el enfrentamiento, la monja muere. Es entonces cuando aparece el Policía, que representa la Fuerza del Estado, y golpea a la bruja hasta dejarla inconsciente, y tras ello, construye un montaje policial para acusarla ante la Ley, colocando una pancarta de “Gora Alka-ETA” sobre su cuerpo, que intenta mantener en pie para realizar la foto, como prueba. A partir de este montaje policial, surge la cuarta figura, que es la del Juez, que acusa, y condena a muerte, a la protagonista, sacando una horca. La bruja se las arregla para engañar al juez, que mete la cabeza en su propia soga, y la aprovecha para ahorcarle, para salvar su propia vida. El relato continúa algo más, pero esta es la esencia de lo que transcurre, y donde se encuentra toda la polémica". La función, que no era para niños, escandalizó a algunos padres, y puede que con motivo, pero precisamente por eso, porque no era un espectáculo infantil. Pero, por favor, de ahí a detener a los artistas...

Los únicos responsables de lo sucedido son un torpe programador y la concejala Celia Mayer que decidieron contratar esa función y ofrecerla a niños. Pero lo más preocupante es que el Ayuntamiento del cambio de Madrid, en vez de reconocer su error, haya presentado una denuncia contra la compañía de títeres, que sus integrantes hayan sido detenidos y que todos los medios de comunicación hayan entrado al trapo de tan grotesca historia.


Lo dicho, un día desolador para la Libertad, la Cultura y el Periodismo. Muy triste todo.

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(Ver también)

Atrezo vd. pancarta. #LibertadTitiriteros


http://ciudadanopan.blogspot.com.es/2016/02/atrezo-vd-pancarta-libertadtitiriteros.html

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PETICIÓN A LA AUDIENCIA NACIONAL Y AL AYUNTAMIENTO DE MADRID

Libertad sin cargos para los artistas de 'Títeres desde abajo'