Atrezo
Del it. attrezzo.
Pancarta
Del b.
lat. pancharta, y
este del gr. πᾶν pân 'todo'
y χάρτης chártēs 'hoja,
papel'.
1. f. Pergamino que contiene copiados varios documentos.
2. f. En manifestaciones y otros actos públicos, cartel con consignas o diversos
mensajes, que se exhibe con propósitos normalmente reivindicativos.
“Echaban NO-DO y dos películas de ésas que tú
detestas y me chiflan mí, llenas de amores imposibles y pasiones desatadas y
violentas. Villanos en cinemascope. Hermosas damas y altivos caballeros del Sur
tomaban té en el Roxy cuando apagaban la luz”. (Los fantasmas del Roxy, Joan Manuel Serrat).
Desolador. De verdad. ¿Qué país estamos
construyendo? ¿En qué tipo de democracia vamos a convertir esta que, con su
déficits, tanto nos costó construir? ¿Qué fue de esos luchadores de la izquierda
que citaban orgullosamente a Voltaire (o Hall o Tallentyre, incluso Churchill,
si es el ínclito Eduardo Inda quien lo cita) con aquello de “detesto lo que
usted escribe pero daría mi vida por que pudiera seguir escribiendo”?
Ayer volvió a ser un día nefasto para quienes defendemos por encima
de todo la Libertad, incluso cuando esta nos hiere. Aún no salgo de mi asombro
de los cientos de comentarios de compañeros de batalla que justificaban la
detención de los dos cómicos de la compañía Títeres
desde Abajo, cuya obra fue estúpidamente programada por el Ayuntamiento de
Madrid, sin advertir que se trataba de una obra para adultos, en horario
propicio para los niños –lógicamente atraídos por un espectáculos de títeres- aunque
en ningún momento la compañía la comercializa como función infantil.
Resultó –casi- del todo imposible hacer entender que, por
muy violenta que fuera la obra, no era más que ficción, y que la ficción lo
admite todo, incluso lo que nos desagrada. En ello consiste una regla sagrada
de la libertad de expresión, de la Libertad. En detestar lo que usted escribe,
pero dar la vida para que pueda seguir escribiendo.
No doy crédito de tanto compañero y compañera con tanta
formación académica, experiencia de gestión de lo público, que no sabían
distinguir entre atrezo y pancarta, y que, sin admitir la existencia de tan
sutil diferencia, aprobaban la detención, incluso el encarcelamiento de dos
artistas por la violencia y presunta apología contenida en su obra. A los sumo admitían que “ya
decidirán los jueces y veremos quién tiene razón”. ¿Es que ninguno sentía nada
por esos descerebrados chicos encarcelados? ¿Ya han olvidado algunos compañeros
qué es ir a la cárcel injustamente y esperar a que te toque un juez noble para
salir de esa infame humillación? ¿De verdad?
Adiós a American Pyscho
de Bret Easton Ellis, a La Naranja Mecánica de Anthony Burgess, a Fuenteovejuna de Lope de Vega o, cómo no, a La Biblia, posiblemente, el libro que
más violencia encierra de todos los escritos jamás. A El silencio de los corderos de Jonathan Demme, a Gilda de Charles Vidor, a Días Contados o La muerte de Mikel de Imanol Uribe; apurando, incluso a Ocho apellidos vascos de Emilio Martínez-Lázaro (ojo Almódovar, no vuelvas a tus
inicios). Adiós a South Park o Padre de Familia o, estirando, a Los
Simpson (oh, dibujos animados). Con
los argumentos defendidos ayer por algunos y algunas, todas estas obras
deberían ser inmediatamente prohibidas, retiradas de las librerías y medios
audiovisuales y sus autores, si aún viven, detenidos y juzgados.
Qué obcecación por argumentar el presunto uso de una pancarta
como si fuera tal, cuando no era más que atrezo, joder. Sí, atrezo. ¿No sabemos
qué es? (Sírvanse entonces volver al comienzo de este artículo). Si sacamos de contexto
los elementos de una creación artística… ¿es posible el Arte? ¿O empezamos
todos a medir y limitar nuestro talento y nuestra creatividad? ¿O mejor damos
por muertos al Cine, la Literatura, el Teatro, el Cómic… y vivimos al estilo pensado
por Ray Bradbury en Farenheit 451 o,
aún peor, al de Un mundo feliz de
Aldous Huxley, en el que la felicidad se logra tras acabar con la familia, la diversidad
cultural, el arte, el avance de la ciencia, la literatura, la religión y la
filosofía?
Lo sucedido con los titiriteros granadinos es muy
grave. Han sido detenidos y acusados de delitos no cometidos, y están encarcelados,
sin derecho siquiera a una fianza, porque el juez Ismael Moreno considera
además que, dada ‘la gravedad’ del delito cometido incluso podrían plantearse “darse
a la fuga”. ¿Nos hemos vuelto locos?
Lamentable la actitud del Ayuntamiento del Cambio de la
alcaldesa Manuela Carmena y Ahora Madrid, presto a sumarse al linchamiento público para evitar algún desgaste político, e incapaz de darse cuenta de que su torpeza
programando les ha costado la libertad a dos personas que no han hecho nada
punible, y hasta puede costarles varios años de condena. Lamentable también el Partido Socialista,
que no dudó en criticar en un comunicado una apología que nunca se produjo.
Execrable Esperanza Aguirre y el Partido Popular, con su habitual actitud
carroñera. Terribles la mayoría de los medios de comunicación, en los que aún
queremos ver a defensores de las más elementales libertades.
La función “La bruja y Don Cristóbal” puede ser violenta, detallar
los peores instintos y vilezas de la condición humana, dar asco… Pero no deja
de ser una función teatral. Es falso que haya apología de nada en ella,
siquiera de la violencia. ¿Cuándo dejamos de ser espectadores críticos para ser jueces?
Yo quiero poder detestarlos, a la bruja y a Don Cristóbal. A Títeres desde abajo. Pero también quiero
seguir dando mi vida para que puedan escribirse esos personajes y representarse esas funciones. Y saber que
alguien estaría dispuesto a dar la suya para que yo algún día tenga la suerte de
escribir una novela de tan mal gusto que todos puedan detestarla con todas su
ganas. Quiero ser libre. Y para serlo, necesito que los titiriteros también lo
sean. Estúpidos, incluso malvados. Pero libres.
#LibertadTitiriteros