El
líder de los socialistas de Ceuta, Manuel Hernández, eludió ayer desmentir o
condenar las que algunos trabajadores de la empresa TRACE consideran
prácticas mafiosas del secretario del Comité de Empresa, el ugetista Juan
Gutiérrez.
Manuel Hernández, secretario general del PSOE de Ceuta |
El
secretario general del PSOE de Ceuta se proclamó víctima este
domingo de “persecución, acoso y amenazas políticas constantes”,
a las que, según él, ha sido y es sometido por Sandra López Cantero,
miembro del Comité Federal socialista que le ha pedido que se pronuncie sobre el escándalo de la afiliación masiva relacionada con
promesas de contrapartidas laborales promovida por el sindicalista de
TRACE.
Hernández
ha definido como “una turbia maniobra de López Cantero por ganar, a
la desesperada, las Primarias del PSOE en Ceuta”, un proceso que no ha sido
convocado y sobre el que la dirigente ceutí no ha manifestado su voluntad de
concurrir o no, si bien es sabido en la federación extra peninsular que no son
pocos los afiliados que esperan que dé el paso.
Hernández ha
calificado de “infamias y patrañas” las informaciones sobre el sospechoso y espectacular incremento de la
militancia ceutí, con 90 nuevas altas registradas en los
tres meses posteriores al segundo batacazo electoral del PSOE, frente a las
escasas 27 registradas en los cuatro años anteriores.
Como
viene informando IrisPress, un elevado número de las nuevas afiliaciones están
ligadas a Juan Gutiérrez, y se corresponden con personal laboral de TRACE. Este
digital publicó el pasado sábado una conversación en la que uno de esos
trabajadores cuenta con detalle cómo Gutiérrez prometía “echar una mano” para
meter en la empresa a familiares en paro de personal de la limpieza pública
ceutí que se afiliara al Partido Socialista. El viernes, IrisPress publicó un mensaje de audio en el que se escucha con toda claridad
la voz del propio Juan Gutiérrez dando instrucciones a “sus” afiliados para que
no avalaran a ningún candidato que no fuera Pedro Sánchez, y ordenaba esperar a
que él en persona les entregara a cada uno de ellos el “papelito” del ex
secretario general, “que es a quien hay que apoyar”.
Sin
embargo, Hernández echó ayer balones fuera y eludió pronunciarse sobre el
escándalo, y se limitó a manifestar que “el hecho de ser afiliado y ser
sindicalista no son cosas incompatibles”, aunque sí negó que hayan habido
afiliaciones “para que después apoyaran a Pedro Sánchez ni a ningún
otro candidato o candidata”.
Hernández
se limitó a dejar claro que “la mayoría de las afiliaciones que comentan los
medios se produjeron antes de que se viviera el fatídico Comité
Federal del 1 de octubre en el que Pedro Sánchez se vio obligado a dimitir como
secretario general”, por lo que según él, “no tienen sentido los
planteamientos que se realizan”. El secretario de los socialistas ceutíes
prefirió ignorar las conversaciones y audios desvelados por este medio, y
achacar las informaciones a que “hay gente que le quiere hacer daño al PSOE de
Ceuta, tergiversando y diciendo mentiras”.
Fuentes
consultadas por IrisPress achacan la decisión de Hernández de soslayar la
posible compra de voluntades con promesas laborales, y no defender abiertamente
al ugetista de TRACE, a un alejamiento entre el secretario general socialista y
Juan Gutiérrez, del que teme que pueda hacer uso de su acreditada influencia
sobre la abultada nueva militancia para intentar arrebatarle el liderazgo del
PSOE regional.
“Estoy
aquí para ayudar a construir un PSOE de Ceuta serio, trabajador,
riguroso, honesto, transparente y con buenos motores propulsores para conseguir
lo mejor para Ceuta y los ceutíes. Por esos motivos estoy en
política, y no voy a permitir que nadie venga a hacer daño al PSOE
por buscar sus propios intereses personales y de los que apoyan dicha actitud y
comportamiento. Mi compromiso con el Partido y con los ceutíes
siempre ha sido y es noble y leal, como lo es Ceuta”.
Si
Hernández tiene o no opinión sobre la gravedad de los hechos y actitudes
revelados por Iris Press, o, acaso, disposición a abrir una investigación que
depure posibles responsabilidades, es una incógnita que, de momento, no parece
dispuesto a resolver.