viernes, 19 de mayo de 2017

Es la hora de Susana Díaz, es el tiempo del PSOE

por Pedro Iniesta Ruiz, y Joaquín Castaño
Militantes del PSOE en París y Murcia, respectivamente

Texto extraído, con permiso de los autores, del blog La Tribuna Escarlata de Pedro Iniesta.


Los socialistas estamos a punto de concluir un proceso que nos ha abierto en canal. Nos ha abierto como organización e individualmente, nos ha puesto frente al espejo de la lógica, de la pasión e incluso de las vísceras. Es verdad, se han conjugado odios, enconos y falacias en el horizonte del imaginario del socialismo español, sin embargo, hoy solo cabe desterrar todo eso en el ocaso del pasado, pues merecemos inaugurar un tiempo nuevo y es que, al margen de lo que pase el domingo, hay algo que no podemos olvidar: somos el PSOE.

Somos el Partido Socialista Obrero Español, y ha llegado la hora de dejar de arrugarse, de apartar los complejos a un lado y mirar a los nuestros cara a cara, con la mirada limpia y el alma liviana, con arrojo, con orgullo, con sentimiento y con pasión. Y esa voz de mujer en la que reconocemos a nuestro partido está arraigada en una tierra de “andaluces de relámpagos, nacidos entre guitarras y forjados en los yunques torrenciales de las lágrimas”. Esos son los vientos del pueblo que con tanto compromiso hizo brillar Miguel Hernández, vientos que hoy siguen soplando desde cada rincón de Andalucía, desde cada pueblo y cada ciudad de España.
Vientos que soplan cuando Susana Díaz habla, pues como buena socialista, lo hace a nuestra razón, pero también a nuestro corazón. Le habla a la razón a través de un carisma innato que se ha convertido en liderazgo, pero sobre todo a través de su forma de hacer política, de unir y de fortalecer al PSOE en su tierra, articulando equipos diversos, apostando por políticas públicas siempre a favor de los ciudadanos, y siempre pensando en los que más lo necesitan. Ha sabido y sabe ganar elecciones y poner al PSOE en el lugar que se merece, sí, pero no a cualquier precio, pues nunca ha dejado de anteponer los intereses del PSOE a los suyos, y los intereses de los ciudadanos a todo lo demás.
Ahora bien, Susana Díaz también sabe hablar al corazón, y así lo hace en sus intervenciones públicas y en el trato personal, y es que no necesita impostar cercanía a los ciudadanos porque ella es una ciudadana más, una mujer normal y corriente capaz de emocionar y de hacer vibrar los sentimientos llegando hasta lo más hondo de nosotros. Y lo hace desde el respeto más profundo a nuestra organización y sus militantes. Por eso recuerda como nadie las enseñanzas y valores de los “viejos socialistas” que, en algunas ocasiones, hemos olvidado. Enseñanzas y valores que han hecho grandes las casas del pueblo, esos lugares de democracia y lucha en los que los trabajadores siempre han encontrado su hogar.
Y es que apostar por Susana Díaz es apostar por el PSOE, es apostar por la fraternidad entre compañeros, por el respeto a nuestra historia y por el presente y futuro del socialismo español. Confiar en Susana es creer que juntos recobraremos el verdadero orgullo socialista, el de nuestros padres y abuelos, el de los que siguen con nosotros y el de los que se fueron o nos arrebataron. El orgullo de representar unas ideas y valores que merecen la pena tanto como nuestra lucha, una lucha sin cuartel contra la desigualdad, una lucha sin cuartel contra la sinrazón, una lucha sin cuartel contra la injusticia. Y nuestro orgullo hoy será el de nuestros hijos mañana, el orgullo de militar en un partido en el que el coraje no se negocia, en el que la resignación no se contempla y en el que, por encima de todo, se defiende la libertad.
Joaquín Castaño & Pedro Iniesta